Los Tres Mosqueteros

Eugenio Silva Echevarría, presidente de la Federación quien impulsó la designación de Chile como sede mundialista.

En 1976 asumió la presidencia de la Federación Chilena de Hockey y Patinaje quien fuera goleador de Universidad de Chile, Audax Italiano y en la Selección Nacional; además de técnico en Stadio Italiano, Banco de Chile y Aviación. Es que Eugenio Silva Echeverría siempre se destacó por estar siempre craneando situaciones en beneficio del deporte de los patines.

De hecho, él –desde su nicho como dirigente- había sido uno de los impulsores en 1968 del Torneo Metropolitano, que unificó a todos los clubes existentes.

Con todo ese aval, llegó a la testera federativa. Pero además de sus ideas para fortalecer la escena local, tenía otra aspiración en mente. Tal como Carlos Mourgues, ex presidente de la Federación y otro de los grandes dirigentes que ha tenido la actividad, lo había planteado tres lustros antes, Silva se la jugó por traer nuevamente el Mundial a nuestro país, para propiciar ese desarrollo que había planificado.

Ratificada Argentina como sede del certamen fijado para 1978, Eugenio Silva pretende la designación para 1980. Eso daría tiempo para organizar de la mejor manera el torneo, considerando la logística que lo rodea como alojamientos y difusión.

Para ello, encomienda a Luis Penna, director de la Federación y con impecable recorrido como dirigente en Thomas Bata y Catecu; y a Eduardo Espinoza, del Comité de Árbitros la concreción de la designación ante la FIRS.

Con los planteamientos definidos, Penna y Espinoza viajaron, a principios de septiembre de 1976, hasta la ciudad española de Oviedo donde se disputaba la XXII versión del Mundial y también se realizaría el Consejo de la Federación Internacional.

La exposición de ambos plenipotenciarios ante la asamblea de los cinco continentes, avalada por el historial internacional del país en la organización del certamen en abril de 1962, en el desaparecido Gimnasio Nataniel, además de los títulos a nivel sudamericanos, logra que la votación favoreciera a la ponencia chilena en desmedro del otro postulante, Nueva Zelanda.

Ya se podía comenzar a planificar sobre suelo firme. 1980 era el año.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *