1955: Haciendo Historia en la Península

Quintos en Milán. Arriba, de izq a der: Domingo Tunzi, Alfonso Finalterri, Mario Finalterri e Ignacio Spadaro. Abajo: Oscar Ahumada S., Juan Rojas, Wilfredo Bendeck y Gastón Arismendi.
Quintos en Milán. Arriba, de izq a der: Domingo Tunzi, Alfonso Finalterri, Mario Finalterri e Ignacio Spadaro. Abajo: Oscar Ahumada S., Juan Rojas, Wilfredo Bendeck y Gastón Arismendi.

El quinto puesto anotado en mayo de 1955 en la cita de Milán sólo fue la confirmación del alza que mostraba el hockey chileno. Tras su debut en Barcelona, en Sao Paulo la Roja se llevó en octubre de 1954 el título, invicto, en el primer Sudamericano. Torneo donde Alfonso Finalterri fue considerado el mejor del continente y bautizado como el Coloso por la prensa internacional.

En esa primera corona internacional el técnico fue Elías Reyes. Español, había llegado al país cuatro años antes contratado por Universidad Católica para fomentar el desarrollo de la rama. Si Rafael Casalli fomentó los ajustes reglamentarios de nuestro hockey, incorporándolo a la normativa internacional, el hispano enseñó las tácticas y estilos de patinaje que dominaban la escena europea introduciendo, de paso, los patines con ruedas de madera.

Fue Reyes quien estuvo en la banca para la obtención de la corona continental. Y fue él quien encabezó la cruzada chilena en su segundo Mundial, que se inició en marzo con los correspondientes entrenamientos.

La campaña de la Roja en el Palacio de los Deportes milanista fue observada atentamente. Se le definió como un equipo de segundo tiempo, porque en el complemento reaccionaba para abrochar sus resultados. También, fue considerada una “sorpresa de todos los tamaños porque la mayoría no tenía noticias de que en otros continentes se jugara en tal grado de eficacia y se contara con tan destacados cultores, como para no sólo ponérseles de igual a igual sino que para derrotar a algunos. Chile, quinto en el mundo. Lo leen y todavía se resisten”, se escribió tras el certamen. Incluso, se apuntó que el nuestro era el “gran equipo del futuro”.

1955_plantel

Finalizado el certamen, y con el cansancio evidente por el trajín de los partidos, el equipo nacional disputó una serie de amistosos en Italia para reunir el dinero “que había sido facilitado en Chile con el fin de financiar el viaje”.

El primero fue ante la Roma, a la que se venció por 7-3. “Su defensa se desmoralizó ante el juego veloz de nuestro team, con algunas jugadas que ejecutamos allí, aprendidas de los portugueses. De pases y desplazamientos por detrás del arco”, rememoraba Alfonso Finalterri.

Después, victorias sobre el Monza por 2-1 (“Es una Selección Italiana, varias veces campeón de su país”) y Alessandria por 9-3 completaron la gira por Italia antes de pasar a España. En la Madre Patria se cayó con el Reus por 9-3 (“Brega que sacó chispas de palos, choques y revolcones”)  y con la Selección Española por 2-1 en Barcelona ante 15 mil espectadores. También, hubo un empate 1-1 con el Castilla.

1955_ptdos

Ya tal como sucedió tras Barcelona, Milán también dejó enseñanzas. “Es indispensable más, pero mucho más, entrenamiento de conjunto. Nuestro cuadro puede rendir mucho más cuando adquiera la cohesión ajustada y sin fallas que dan meses y meses de preparación y partidos”, señalaron los hermanos Finalterri.

También hubo opinión sobre los arbitrajes. “Es necesario acostumbrarse a un juego más recio, más varonil, más fuerte porque así se procede en canchas europeas y el mundo. Nuestro hockey es muy blando en este aspecto”, agregaron los referentes de Audax. Para anotarlo en la historia.

aviso

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *