1972: Con Lo Mínimo

Plantel que asistió a La Coruña. Arriba, de izq a der: Gastón Madariaga, Carlos Soto, Alfonso Erazo, Luis Soto y Gonzalo Madariaga. Abajo: Juan Sánchez, Sandro Pifferi, Jaime Cabello y Manuel Llorens. (Foto gentileza Gastón Madariaga)
Plantel que asistió a La Coruña. Arriba, de izq a der: Gastón Madariaga, Carlos Soto, Alfonso Erazo, Luis Soto y Gonzalo Madariaga. Abajo: Juan Sánchez, Sandro Pifferi, Jaime Cabello y Manuel Llorens. (Foto gentileza Gastón Madariaga)

El subcampeonato en el Sudamericano disputado en octubre de 1971 en Sao Paulo le posibilitó a Chile clasificar a su sexto Mundial. En marzo siguiente comenzaron los trabajos a cargo del DT Oscar Ahumada, quien convocó a 25 preseleccionados.

Tras algunos partidos con equipos locales –como un Combinado Audax-Catecu, Las Condes y Huachipato- el técnico muy pronto tuvo su base compuesta por el portero Juan Sánchez, el volante Alfonso Erazo y los atacantes Sandro Pifferi más los hermanos Luis y Carlos Soto. “Mi duda está en tres nombres, porque necesito un defensa, un medio y un delantero. En eso estoy, buscando y probando”, comentó el estratego.

Entre los postulantes a aquellos tres cupos se contaba al incombustible Alfonso Finalterri (“Tiene una experiencia enorme que nos sería útil”), Wilfredo Parra (“Un delantero de gran porvenir”), Pedro Eraña (“Dará mucho que hablar por su estilo tan incisivo”), Carlos Sepúlveda (“Defensa sureño de grandes condiciones”), John Panner (“Se proyecta como un gran valor por su buena técnica”) y Tomás Isaacson (“Defensa sureño de gran categoría, de desplazamiento y seguridad”).

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Sin embargo, los elegidos fueron Manuel Llorens (“Se adapta a cualquier planteamiento”) más los hermanos Gastón y Gonzalo Madariaga.

A pesar del empeño impuesto, estrechez de dinero complicó el viaje por lo que sólo hubo financiamiento para los nueve seleccionados más el entrenador. El presidente de la delegación, Ismael Moscoso, se costeó desde sus fondos personales el traslado. Algo se logró paliar con aportes extras de los propios jugadores y de la empresa Bata.

Con esta coyuntura, donde se lamentó la falta de partidos ante equipos extranjeros para tener mayor exigencia, el plantel se trasladó a España el sábado 22 de julio.

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El objetivo era, a pesar de todo, terminar entre los cinco mejores. Sin embargo, los resultados –y la adaptación a la humedad en La Coruña- resumieron todo en un séptimo puesto traducido en resultados lógicos.

Entre medio, la delegación apoyó la moción de postular al hockey-patín como deporte olímpico para que en el programa de los Juegos Panamericanos de 1975, cuya sede sería Santiago de Chile, fuera integrado. Lamentablemente, no se logró tal unción y los Juegos no se realizaron en nuestro país trasladándose a Ciudad de México. Pero ésa es otra historia…

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