Se cuenta de él que era un estilista en el juego, un amante de todo lo que llevara sabor deportivo. Referente del hockey en los márgenes del Bío Bío, el popular Tommy también practicó fútbol, tenis y básquetbol.
Alero por convicción, Tomás Isaacson comenzó en el equipo de la Universidad de Concepción a fines de la década de los 50. “El dirigente René Hermosilla me llevó al Campanil cuando yo tenía 10 años. Allí jugué desde la serie infantil hasta la adulta”, recordó en su momento.
En 1964 emigró a Santiago para alinear en Universidad de Chile, retornando dos años después a la capital del Bío Bío para formar en el naciente Deportes Concepción. “A ese equipo pasaron todos los jugadores del Campanil, de modo que en él me encontré con compañeros como José Olivera, Luis Cartes, Pedro González, Osvaldo Ibáñez y Hugo Núñez”, agregó.
Con la camiseta lila se transformó en un referente hockístico de la zona, donde entre sus hitos destaca el haber sido el goleador del Nacional de Viña del Mar, en 1972, con 29 tantos. También, le permitió integrar la Selección Chilena en la primera mitad de la década de los 70.
En 1976 fue designado por el Círculo de Periodistas Deportivos como el Mejor Hockista del Año, cerrando su derrotero sobre el embaldosado a fines de los años 80 formando en Lamiplanch de la Asociación Huachipato.
Yo lo vi jugar, era extraordinario. Parece que volaba sobre patines. Un abrazo.