En el pleito que cerró la primera jornada mundialista en Iquique, las vigentes campeonas mundiales establecieron las diferencias que tenían con su rival de turno, las cafeteras, para anunciar a todos que cruzaron la cordillera para anotar su hexacampeonato.
Partido apretado en sus inicios, con una Colombia que intentó establecer variaciones tácticas para intentar bajarla las revoluciones a un equipo albiceleste que comenzó bien entonado. Las diferencias se comenzaron a establecer por la constante presión argentina y al trajín de Daiana Rodríguez, quien con bocha dominada cambiaba de frente -sobre todo de derecha a izquierda- para tomar velocidad y sacar su disparo de cuchara.
También, el rápido traslado de la pelota para crear espacios que permitieran el acceso de las atacantes para erosionar la última zona caribeña. Aun así, las colombianas no renunciaron a anotarse en el marcador, lo que posibilitó presenciar un encuentro que en determinados lapsos hubo constantes ida y vuelta.
