Este era otro de los partidos donde, si hubiera un concurso de pronósticos deportivos, el potencial apostador se iría sobre seguro del equipo ganador. Sin embargo, Les Bleus se vieron complicadas en el comienzo del duelo por la propuesta de las sudafricanas quienes no se achicaron ante el vigente subcampeón mundial.
El equipo de la protea sorprendió con un planteamiento de presión en la salida gala, además de que cuando tenían la opción de un tiro libre en salida enviaban a su delantera en punta al área rival, lo que obligaba a las europeas retroceder a una de las suyas dejando una laguna en la mitad que cortaba al representativo de camiseta azul. Ante semejante panorama, las francesas apelaron a la habilidad individual y pases rápidos para abrir el dibujo táctico contrincante.
Sin embargo, sólo cuando Frederique Denest estableció el 2-0 parcial el tema comenzó a favorecer del todo a Francia que, ya con la comodidad del marcador, manejaba la bocha en el sector africano. Aún así Sudáfrica insistió en sus afanes, sobre todo con alguna patriada de Gabriela da Costa, la más incisiva de las de camiseta verde.
En el complemento, las africanas intentaron mantener sus ímpetus pero el cansancio comenzó a acompañarlas reduciendo sus ataques a sólo dos jugadoras manteniendo a las otras dos en defensa. Al frente, las francesas terminaron por imponerse por calidad de juego y físico avisando que también quiere estar en el podio iquiqueño.