Nos lo había comentado, en la previa, la portero Silvana Nishi sobre el momento del hockey femenino brasileño. Tras los éxitos cosechados entre 2002 y 2006, la actividad se fue apagando en el país del samba. Por eso, el equipo que llegó hasta Iquique -y que lidera la propia ex guardavallas de Reus- es una nueva camada que busca retomar la senda de hace una década.
Eso, en parte, explica lo sucedido en el debut mundialista de estas Canarinhas ante una Italia que volvió a mostrar sus atenuantes, respaldados por el tercer lugar que alcanzó en el Europeo del año pasado.
De hecho, las dirigidas de Pino Marzella mostraron el mismo vértigo que lucieron el sábado ante Egipto. Claro que la diferencia es que se toparon con una portero que está entre las mejores del mundo, que conjuró varias veces los intentos ofensivos azzurri. Vale decirlo, porque si no fuera por Silvana Nishi el marcador habría sido más abultado.
Esa presión, a ratos, ahogó a las sudamericanas a quienes les costó hilvanar algún intento ofensivo. Por ahí, Mariane Oliveira encontró espacios para un arranque sin marcas pero falló en la puntada final. Cuando intentaban un avance siempre se toparon con rivales cuya barrera le quitaba velocidad a esas posibilidades. Bueh, no se va a venir a descubrir a los deportistas de la península ibérica quienes son maestros a la hora de defender y cerrar espacios.
Los embates italianos eran liderados, fundamentalmente, por María Teresa Mele y Pamela Lapolla, quienes cubrieron los flancos externos para buscar el centro o el disparo en diagonal. Otro argumento fue el remate de distancia, que en su mayoría protagonizó Erika Ghirardello.
El 4-0, conseguido antes que se cumplieran los tres minutos de juego en el segundo tiempo, terminó por formalizar la actual diferencia que existe entre ambos elencos. Y el penal convertido por Adriana Costa, en los últimos tramos del encuentro, sirvió para el honor.