Les Bleus nuevamente lucieron su movilidad táctica para esperar a un rival peligroso como las lusas. Estas últimas optaron por la rotación de bocha, evitando siquiera darles resquicio para protagonizar su contragolpe.
Incluso, hicieron gala de aquello las ibéricas cuando, con el 3-0 a su favor, Vanesa Daribó se adelantó -tal como sucedió ante Chile- para buscar lo más pronto posible el descuento con poco más de 12 minutos por jugar.
En ese escenario, las portuguesas, respaldadas por el marcador, también mostraron su efectividad en la marca para detener esos asomos de embates. Y aunque la capitana gala tuvo un par de ocasiones como para amagar a su rival, el 4-0 de Rute Lopes firmó el paso de Portugal a la final.
Específicamente, será la cuarta final que las hockistas lusitanas disputarán. Claro que este sábado, en el Mecano de Playa Brava, querrán cambiar la suerte que vivieron en las ediciones mundialistas de 1998, 2000 y 2008.
Dato anexo: la gente que estaba presente en el recinto iquiqueño al momento de este partido, en su mayoría, apoyó a las portuguesas. El recuerdo de la Noche Triste del jueves -también conocido como el Iquicazo– aún estaba fresco en la afición.