Fue un ´partido de aquellos clase “guante blanco”, porque azzurris y germanas entraron con el ánimo de “no tenemos nada que perder” y se soltaron. No hubo marcas estrictas, muy poca presión ofensiva y por ende, pocas ocasiones claras de gol.
Para ponerle un poco de aderezo al asunto, cuando comenzaba el primer tiempo extra se apagó el marcador. Eso fue el punto anecdótico de este pleito que se extendió hasta la lotería desde el punto de los 5,40 metros, donde las peninsulares fueron más efectivas para quedarse con el séptimo puesto.
