Charla Sin Patines: Raúl Monserrat Barragán

“El respeto que me mostraron en el Mundial Master me produjo una emoción importante” se sinceró Raúl Monserrat con Patines y Chuecas.

Para pasar Navidad, y presenciar algunos partidos del Torneo 2G, Dos Generaciones que se está realizando en Peñaflor, se encuentra en nuestro país el campeón olímpico y bicampeón mundial. “Para mí es un enorme placer estar aquí en Chile, con dos grandes amigos, que son como hermanos, como Miguel Lorca y José Oñate quienes son los responsables de mi estadía” señala este sanjuanino con un impecable derrotero deportivo que reverdeció la semana pasada en el título que consiguió con la camiseta de Granates UVT en la primera versión del Mundial Master disputado, justamente, en San Juan.

Derrotero que Raúl Monserrat inició en Unión Vecinal Trinidad, para continuar en Italia, en el Follonica; España, con el HC Liceo La Coruña; y con la Selección Argentina, con la que se adjudicó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, dos títulos mundiales (Recife 95 y Reus 99) y una Copa de Naciones (1993). En resumen, un crack de los grandes.

-Raúl, ¿qué te pareció el Mundial Master en San Juan?

-Fue un torneo de buen nivel. Creo que aún hay mucho por mejorar, porque fue la primera versión. Pero creo que el año que viene será mejor aún. Y se irá aceitando mejor la cosa. En calidad de jugadores se irá generando más ilusión como sucedió conmigo. Porque fueron amigos del club quienes lograron, como decimos en Argentina, ‘picar el gusanillo en el estómago’ lo que me motivó para volver tras estar alejado del hockey por muchos años. Recobré la ilusión por ponerme los patines, nuevamente, y les estoy enormemente agradecido porque significa una salud mental y física muy importante para uno que ya haciéndose mayor.

-Recobraste la ilusión pero tu calidad se mantiene indeleble…

-Bueno, te agradezco. Pero la verdad es que lo que se aprende no se olvida, se dice. Y el hockey me dio muchas satisfacciones. He tenido mis condiciones pero también he tenido que trabajar muchos años, muchas horas de sacrificio para tratar de estar a un nivel profesional que tenés que tener para jugar en las grandes Ligas como España e Italia. Y bueno, un día cuando era pequeño me propuse llegar a lo más alto y no me puedo quejar porque deportivamente he tenido grandes satisfacciones. Sobre todo, como decimos: los títulos pasan pero lo que queda es esto, la amistad con Miguel, con Toño, con otros tantos. 30 años que nos conocemos, no es flor de un día. De hecho, nuestros hijos y familias se conocen, eso me hace sentir emocionado. Es comenzar una nueva etapa en el hockey, porque tengo un hijo de 9 años que es un apasionado del hockey por lo que ya veremos cómo seguiremos en el tema.

-Claramente hay herencia…

-La herencia, sí. Lo importante es que ellos vean lo que han sembrado sus padres, y ojalá ellos también puedan lograrlo.

-Hablaste de grandes satisfacciones. Este 2017 se cumplieron 25 años del triunfo olímpico de Argentina en los Juegos de Barcelona. ¿Cómo se recuerda ese logro después de un cuarto de siglo?

-Fue una competencia de exhibición. España lo organizó porque Juan Antonio Samaranch, que era el presidente del Comité Olímpico Internacional, fue jugador de hockey y catalán. Entonces, tenían todo armado como para decir ‘la medalla olímpica se queda aquí’ con el Rey presente en la cancha. Entonces, para nosotros fue el logro más importante que ha tenido nuestro país…

“La medalla en los Juegos de Barcelona fue el logro más importante que ha tenido nuestro país” señala Raúl Monserrat, quien aparece en la foto, tercero de izquierda a derecha. (crédito foto: Diario de Cuyo)

-¿Más importante, incluso, que todos los títulos mundiales que han logrado?

-Sí, por la forma en que se consiguió. Un Mundial es un torneo corto, con una clasificación, Cuartos de Final, Semifinal y Final. En el torneo olímpico fue diferente, con dos grupos de seis, después los tres primeros de cada serie formaron un hexagonal donde España era campeón. Incluso, nos ganó en el primer partido 2-1. Pero después nos salió un partido redondo con Portugal (2-1) y con Italia (7-3), y ahí todo explotó clasificando a la final.

-Tomaron confianza…

-Mira, te contaré una anécdota. Íbamos en el bus de Reus a Barcelona, porque la final fue el único partido que se jugó en el Palau Blaugrana. Y Pablo Cairo, como capitán del equipo, nos dice ‘muchachos, la medalla de plata ya la tenemos en el bolsillo. ¿Y qué les parece si vamos por la dorada?’ Ese comentario fue en medio de cantos y con un relajo y a la vez una motivación de que no teníamos nada que perder pero que íbamos por todo. Y nos salió el partido de nuestras vidas.

-¿Así de tajante, el partido de tu vida?

-Sí, aunque yo jugué sólo 4 ó 5 minutos en aquella vez. Yo era un pibe de 20 años, pero el apoyo que recibí de los más experimentados fue fabuloso. ¡Y como se dio ese partido, por Dios! Íbamos 5-2 arriba, nos empatan 5-5, el estadio se vino abajo, nos tiraron todo encima. Y termina definiendo todo José Luis Páez, en el mejor partido de su historia. Siempre se lo digo, hizo los mejores goles que le vi marcar. Y te termina definiendo un jugador como Diego Allende, que era el menos esperado del equipo para la rúbrica de ese pleito. Hizo los dos goles más importantes.

-Eso habla que se trataba de un equipo, no de una figura excluyente…

-Exacto. Entonces, siempre aparece la persona que menos piensa y de esa forma te ganas el respeto de tus compañeros, que es lo más importante. Y así se arma un equipo, donde tienes que demostrar por qué estás ahí. Está en ti si aprovechas el momento. Y yo me siento un obrero de esa Selección Argentina, donde se dejaron los egos de lado porque todos eran muy buenos jugadores. Lo más importante que rescato es que después de 25 años nos juntamos a charlar, a tomar un café y te das cuenta del reconocimiento de tus propios compañeros. A veces te hacen recordar cosas puntuales que vieron en ti y tú no la recuerdas.

“Amigos de UVT me lograron ‘picar el gusanillo en el estómago’ para volver”, confesó Raúl Monserrat, quien aparece con el plantel de Granates (abajo, al extremo izquierdo), campeón del Mundial Master,

-Dijiste al principio que tus compañeros te ‘picaron el gusanito’. ¿Te entusiasma seguir, jugando en la Liga Master de tu país? O en una de ésas tus dos amigos te convencen y te vienes a jugar en la Liga Nacional Senior…

-Mira, no tengo compromiso con nadie. Hago lo que quiero, por eso no sé si iré a la Liga a competir. Si sé que iré a entrenar, pienso no dejarlo y espero estar físicamente a la altura de las circunstancias. Porque siento que le he hecho bien al hockey. Entonces, ellos mismos me están motivando a continuar. Y el respeto que me mostraron en el Mundial Master me produjo una emoción importante, porque a veces uno se dedica mucho a otras cosas y pierde esa interacción. Eso no es por casualidad sino que por causalidad. Y eso también me ha permitido estar hoy aquí en Santiago con ustedes. Si mis amigos me invitan y si se dan las condiciones de que pueda ir, con gusto lo haré. Independiente de la camiseta que sea, si puedo echar una mano lo haré.

-Pero ojo, si vienes a la Liga Chilena vas a ser foco de las bromas de Los Mapets

-(Sonríe) Sí, ya los conocí. Lo importante es divertirse. Ya hice lo que tenía que hacer, ahora vengo a pasarlo bien con amigos de la vida y el motivo importante es una chueca y una bocha.

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