El Cuadrado, Padre de Todas las Tácticas del Hockey, Cumplió 65 Años

Italia, campeona mundial por primera vez en 1953. Esa fue la bisagra de las tácticas en el hockey-patín.

Fue el IX Mundial de Hockey-Patín, realizado en la ciudad suiza de Ginebra entre el 20 de mayo y 6 de junio de 1953, el escenario donde se presentó al mundo la táctica del Cuadrado (2-2) La gentileza fue de la Selección Italiana, que gracias al naciente Sistema de Juego se llevó el título supremo por vez primera.

Sucedía que hasta ese momento el orden de los jugadores sobre el rectángulo se establecía de acuerdo a un esquema que semejaba una Y (1-1-2). Vale decir, un defensa que tenía muy poca movilidad, ya que estaba más cerca de su portero que de la mitad de la cancha; un medio, que se movía por la zona del círculo central para apoyar a los dos delanteros que tenían posición fija ya sea por el carril derecho o por el izquierdo.

Este dibujo táctico dejaba muchos espacios que permitía, por ejemplo, a los portugueses sacar ventajas con su perfecto patinaje, con Jesús Correia como referente; y a los españoles, ocupar espacios para hacer gala de su efectividad sobre la portería rival, reflejado en los goles de Manuel Puigbó. No en vano, desde el reinicio de los Mundiales tras el fin de la II Guerra Mundial, los títulos se los habían repartido ambos países ibéricos: cinco para los lusitanos (1947, 1948, 1949, 1950 y 1952) y uno para los hispanos (1951).

Así las cosas, en Ginebra la Squadra Azzurra desde su primer partido -6-3 sobre Alemania- estableció diferencias con su propuesta bajo la batuta del técnico Marono Vici. Definida por la prensa como “defensiva”, la nueva táctica muy pronto pareció “predominar en la mayoría de los equipos, con dos jugadores en línea frente a su meta”. Y aunque “ha sido abiertamente discutida”, su eficacia “sería absurdo negar” escribían los periodistas acreditados en la cancha suiza.

Las ubicaciones ahora mostraban al defensa y al medio (Luigi Dagnino y Diego Marchetto) en la misma altura, cerca de la entrada a su propia área, respaldando a sus dos atacantes plantados en mitad de cancha. El objetivo era cerrar todos los espacios a los desplazamientos rivales y, también, salir en velocidad para sorprender la última línea antagonista. Se destacó, además, la forma física que debían contar los hockistas italianos para cumplir con sus objetivos.

Los resultados obtenidos avalaron los planteamientos del DT Vici: 2-1 a Bélgica, 3-1 a Francia, 2-2 con Suiza, 13-1 a Dinamarca, 3-0 a Portugal, 4-2 a Suiza y 1-0 a España.

El choque de propuestas tácticas en 1953: el Cuadrado italiano dejó en el recuerdo a la Táctica de la Y.

A pesar de las críticas de algún sector de la afición, porque se privilegiaba el ser efectivo por sobre lo efectista, la mayoría de los representativos nacionales muy pronto imitó a los peninsulares reduciendo, de esta manera, los marcadores abultados de los que habían sido víctimas en los Mundiales anteriores. De hecho, mientras los azzurri levantaban la copa del campeón el periodismo especializado concluyó que “todos los equipos han dejado al margen las jugadas para la galería entregándose de lleno a lo práctico. Porque es indudable que en estos momentos el hockey sobre patines atraviesa un período de adaptación a las nuevas tácticas”.

No dejaban de tener razón esas palabras, toda vez que no demoraron en aparecer contra-tácticas para superar al Cuadrado Transalpino –así lo bautizaron los españoles-. Justamente, los hispanos crearon al Triángulo donde el defensa y el medio eran la base, quedando un delantero como vértice superior moviéndose a lo ancho de la cancha para impedir los accesos rivales por el centro de la cancha. El otro delantero –el “extremo basculante” para los europeos- merodeaba en la mitad rival, para que los defensas contrarios se preocuparan de él.

Los portugueses, a su vez, fueron más pragmáticos. Adoptaron el Cuadrado, con la diferencia que no fue defensivo como el de los italianos sino que loa ubicaban en el campo contrario, donde los delanteros lusitanos marcaban la salida de los defensas antagonistas; y los defensas propios a los atacantes rivales.

Estaba claro, el Cuadrado había dado iniciado las tácticas en la disciplina. El “Padre” de todo lo que surgió después, porque de su base derivaron el Carrusel, el Rombo y los Wines Armadores, entre algunos Sistemas de Juegos. Y también la aplicación de estrategias, como usar indistintamente la marca personal o zonal más las jugadas preconcebidas. Propuestas que han alimentado, desde hace 65 años, el background técnico hockístico.

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