
La ciudad lusitana de Barcelos, ubicada en el norte portugués, es sinónimo de buenos recuerdos para el hockey-patín chileno. Porque fue ahí, en 1982, cuando la Selección Nacional dirigida por Juan Rojas e integrada por José Antonio Espinoza, Arturo Salvatierra, Eduardo Tapia, Eduardo Cleveland, Osvaldo Rodríguez, Mauricio Dinningham, Francisco Miranda, Rubén Leni, Oscar Ahumada y Ramón Méndez obtuvo el cuarto puesto en el XXV Mundial que congregó a 22 países.
Pero también es la ciudad natal de José Querido, el DT que guió a Las Marcianitas en la medalla de bronce en los pasados WRG de Barcelona. Con una dilatada trayectoria, que incluye el haber dirigido –también en Mundiales- a los representativos de Portugal y Mozambique, el estratego reunió a un grupo de quince jóvenes hockistas chilenos y los llevó hasta los lares barcelenses para que, durante dos semanas, vivir una tecnificación en el país que es la potencia de los patines y chuecas.
Acompañado en su staff, entre otros, por los también técnicos Francisca Puertas y Matías Escudero, José Querido instruyó –desde el pasado 13 de enero- a sus dirigidos en esta suerte de Campamento de Verano –ojo, verano en el Hemisferio Sur, porque en Europa están en invierno- para perfeccionar sus respectivas técnicas. También, la delegación aprovechó de compartir cancha con algunos jugadores de la Primera División portuguesa, como los del OC Barcelos. Una experiencia que, desde una mirada amplia, pretende aportar en el crecimiento superlativo del hockey chileno.
Finalizada este proceso de tecnificación, José Querido retorna a nuestro país para evaluar lo que será la temporada 2020 en nuestra escena.