La referencia técnica-táctica de esta década se focaliza en España. Instancia en la que de inmediato surgen dos nombres que han marcado pauta, sobre todo en la segunda parte del decenio: Alejandro Domínguez y Edu Castro.
Con su modelo de juego, basado en los principios de una defensa agresiva que deben cumplir los cuatro jugadores de campo, transición ofensiva rápida y ataque copando el máximo de espacios, Alejandro Domínguez ha conseguido éxitos con el Reus Deportiu –Copa de Europa, Copa Intercontinental- más las Selecciones Españolas Femenina –Europeo 2015, Mundial 2016- y Masculina –Europeo-, tras lo cual asumió su actual proceso en el SL Benfica, con el que ya se adjudicó la Copa 1947.
Edu Castro, por su parte, ha marcado pauta desde la cabina del FC Barcelona, cuyo primer equipo asumió en 2017 –ganando tres OK Liga, una Liga Europea, dos Copa del Rey, una Copa Intercontinental, una Copa Continental, una Supercopa de España y tres Liga Catalana- y manteniendo un constante análisis de la evolución del juego. Lo anterior, conjugando el ADN
blaugrana que se resume en cuatro preceptos: presión alta, recuperación rápida, ritmo aplicado a la bocha y el 1 contra 1 con el aval de que a sus dirigidos les entrega libertad para definir dentro de la cancha… pero bajo las obligaciones asignadas para cumplir con el Sistema de Juego determinado.
Otro hispano, Guillem Cabestany, ha dejado su esencia en el FC Porto destacándosele lo metódico para plasmar sus ideas de juego en sus dirigidos, conformando quintetos bien estructurados que saben combinar la
disciplina táctica con las transiciones clásicas de la Escuela Portuguesa.
A nivel sudamericano, han resaltado los argentinos Darío Giuliano y Néstor Perea. El primero, campeón con la Selección Argentina en el Mundial de 2015 y la Copa de Naciones dos
años después –agregando el subcampeonato mundial en 2013, y el tercer puesto en 2017-, además de dirigir al conjunto femenino de Concepción PC en sus títulos sudamericanos e intercontinental en 2018; y el Panamericano de Clubes al año siguiente. Un ajedrecista al momento de plantear cada partido para manejar los tiempos, establecer el sistema defensivo y confiar en la habilidad individual de sus dirigidos al momento de barajar las opciones de ataque.
El segundo, con el mérito de armar una verdadera máquina con el primer equipo de Murialdo, ganando los torneos mendocinos, sudamericano y panamericano. Su mérito radica en que logró conjugar de muy buena manera el trabajo colectivo característico del hockey de Mendoza con una mezcla de influencia portuguesa (habilidad y patinaje) y española (táctica).
Creo que falto un gran referente nivel sudamericano y Sanjuanino, se trata de Miguel TANO Belbruno, quien se ha destacado por décadas en su gran trabajo como técnico.