En este artículo, producto de una breve etnografía para dilucidar cómo influye el contexto de la acción en el árbitro, abordaremos desde una metodología especial varias cuestiones sobre el arbitraje del Hockey Sobre Patines. Lo anterior, a partir de las teorías de cada partido que fue observado como un micro-sistema único donde el árbitro era un actor más, por lo que había que prestar atención a las interacciones entre todos los sujetos del recinto. Los conceptos a cargo de Luis Reyes Catalán, profesor FIRS.
“Hace un tiempo atrás, dentro de nuestra responsabilidad de supervisar y formar árbitros de competencia, buscamos la forma de ver y analizar las interacciones entre los árbitros con el entorno de este deporte, mirando directamente y en forma analítica la actuación de un árbitro en todas las dimensiones de sus cometidos en arbitrajes en solitario en diversas categorías. Este árbitro fue seleccionado según los criterios significativos de juventud y experiencia, sin saber que está siendo sometido a una evaluación.
“Fruto del seguimiento durante cuatro meses se identificaron algunas características notorias de la dinámica del Hockey, del desarrollo de los partidos y, por tanto, del contexto donde actúan los árbitros.
“Y contrastando entrevistas y observaciones, se ha podido concluir que efectivamente su comportamiento varía en función del ambiente. Además, existen ciertos condicionantes a priori, otras cuestiones, como la percepción dentro de una pista de juego, el imaginario de la profesión o la conducta de otros actores, han aparecido como relevantes, demandando nuevas investigaciones, sobre todo en el entorno influyente en su función”.
-¿Uno de esos actores pueden ser el público y la parcialidad?
“El público, en su “papel”. Con características violentas y contradictorias en su actuación, si algo se puede afirmar del público, precisamente, es que juega su papel ya que desde el principio destacaron ciertas actitudes paradójicas en él:
Protestar más, justo cuando su equipo va ganando, ciertos cambios de parecer repentinos…
“Aquí van algunos apuntes: “Una mujer le reclama al árbitro que sea neutral, pues al fin y al cabo se trata de niños; acto seguido le grita a un jugador rival que está en el suelo, quejándose de un golpe, que se levante, que no haga más teatro” Una escena muy frecuente, en el público es de personas que parecen distraídas, de pronto, ante algún hecho, comienzan a proferir gritos contra el árbitro o a los jugadores rivales, en un tono exaltado, para después retomar una charla distendida sobre temas nada deportivos. Pueden no reaccionar ante una entrada dura con un 6-0 a su favor, y en cambio quieren “comerse” al árbitro ante una simple falta cuando el resultado está igualado o en contra.
“Así, el cometido del público parece ser el de meter presión. Por ejemplo, gritarán en contra del árbitro, reclamarán ante cualquier cosa, cuando el desenlace del partido aún no esté definido; emplearán un tono agresivo al dirigirse al árbitro, y un tono calmado al hablar entre ellos o con sus jugadores. Y, claro, a veces su actitud es tan contradictoria que raya en lo surrealista, visto desde afuera.
“Creo de importancia también reconocer que hay ocasiones que el público bien organizado y basado en el plano solo deportivo y bien controlado por su organización respalda el arbitraje y coopera para su funcionamiento. Dejando en un oasis las malas actitudes de otras barras o parciales que sobrepasan los límites de conducta, incentivando y creando ejemplo negativos a los deportistas en contra del arbitraje y sobre todo cuando son divisiones menores.
“Del comportamiento violento del público habría mucho que decir, no obstante, lo que más llamó la atención fue la violencia implícita de ciertos comentarios y ciertos valores compartidos entre las aficiones”.
-¿Qué consideraciones se toman en cuenta para las evaluaciones?
“Con todo lo visto hasta ahora en el árbitro elegido para su evaluación y análisis, la pregunta a hacerse sería: ¿cómo le influye a un árbitro el ambiente, el tono de la interacción, el cariz que va tomando el partido? Teniendo en cuenta la parcela específica de su comportamiento que es la actividad sancionadora, sí se podría afirmar que la dinámica concreta del partido le condiciona, en los partidos intrascendentes, o en los que el marcador estaba muy decantado, se le observó especialmente pasivo, amonestó menos que otras veces. Al contrario, en las ocasiones en que el partido fue especialmente tenso, tampoco sacó todas las tarjetas que debiera haber sacado, y no de la misma manera, ni mucho menos con el ademán autoritario de costumbre. ¿Retraimiento? Explicaba nuestro observado, en uno de estos casos: “me he dado la vuelta en situaciones para no agravar más la situación y no expulsar a todo el mundo”, ante jugadores conflictivos, en ambientes verdaderamente tensos.
“Su actitud cambió perceptiblemente: como él reconoce, sanciona mucho menos de lo que debería (lo racionalizo como él quiso) y no se le observan los gestos y maneras habituales. Por ejemplo: en un ambiente algo caldeado, se mostró impasible ante un jugador (el capitán local, actor clave de ese partido por lo demás que no cesó de protestarle e incluso gesticular de forma histriónica delante de él). En otro de los contextos más difíciles, donde la agresividad fue extrema, los jugadores se encararon y pelearon repetidamente, sin que el árbitro les dijera nada, el reconocía al término que había “muchos duelos personales y picados, y ahí tomar decisiones disciplinarias pues a veces es complicado”; y afirmaba: “¡podía expulsarlos, los tendría que haber expulsado!”.
“El hecho es que no lo hizo. Ante esta experiencia de evaluación de un árbitro solo en pista, se llega a la conclusión que indudablemente los partidos de hockey están en desventajas en calidad de arbitraje mayormente cuando además no existe colaboración de los deportistas y su entorno, el ser dirigidos por un solo árbitro disminuye la capacidad de resoluciones por lo expuesto sobre todo en los partidos de alta competitividad y también por la menor certeza en la visión de los hechos debido a su ubicación o lejanía del árbitro en torno a la jugada, ya que se trata de un juego que cada día está más rápido y de mayores movimientos de acuerdo al avance físico técnico que ha ido teniendo el hockey sobre patines”.