Los Temas Pendientes en el Hockey Chileno

Con los nuevos aires que hay en la actividad, es el momento para que el hockey sobre patines nacional comience a despegar de una vez por todas limpiando los bemoles que le han afectado y perjudicado en su desarrollo.

Por eso, enumeramos a continuación, en orden conmutativo –vale decir, los siete puntos que se resumen en los siguientes párrafos son importantes- ítems que deben aplicarse para propiciar el crecimiento de la disciplina.

Expansión. En nuestro país hay hockey desde Copiapó, por el norte, hasta Valdivia, por el sur. Once regiones de las 16 que componen el país no es malo. Por ello, hay que dar pie para una real política, que tiene que emanar desde la cúpula federativa para fortalecer todas esas expresiones hockísticas.

Porque en la mayoría de los casos esas muestras de hockey surgen a partir de iniciativas personales de ex deportistas que viven en aquellas regiones. Un ejemplo de lo anterior es lo que sucede en Melipeuco, donde el hockey comenzó a ser conocido gracias a los afanes de Kintudh Hidalgo, hoy jugadora de Rhinos PAC; o en el nortino Copiapó, con David Cleveland hace más de dos décadas.

Políticas federativas, además de desarrollo, que propicien el crecimiento deportivo fortaleciendo las Ligas por zonas para culminar en un Torneo Nacional –como los Argentinos- cuyas sedes, como imperativo sean ciudades fuera de la Región Metropolitana, justamente, para propiciar la difusión y el desarrollo de la actividad. En síntesis, una política de desarrollo global.

Políticas integrales. En este ámbito, echar a andar un programa uniforme en cuanto a la enseñanza de la actividad. Plantear criterios básicos en la difusión –exhibiciones en colegios locales-, con respaldo desde la cúpula, para entusiasmar a potenciales deportistas del hockey.

A partir de ahí, establecer normativas que permitan un real desarrollo de los potenciales hockistas. Lo anterior, traducido en establecer plazos definidos en cuanto a las enseñanzas, y no apurar el estreno competitivo de los hockistas por “necesidades del club” o por “presiones familiares” con el argumento de que está pagando por su hijo.

Formativo. Para complementar lo anterior, en esta tribuna ya se ha manifestado que es imperativo hacer crecer la base de la pirámide del hockey, vale decir las categorías de los más pequeños comenzando con las correspondientes Escuelas.

La poca cantidad de partidos que tienen los equipos federados con sus categorías menores se puede soslayar fomentando ENCUENTROS DE CARÁCTER RECREATIVO Y FORMATIVO, NO COMPETITIVO, ENTRE CLUBES Y TALLERES DE TODO EL PAÍS, NO IMPORTANDO SI PERTENECEN O NO A ALGUNA LIGA FEDERADA. Se podrían programar cada dos semanas estas instancias para que niñas y niños comiencen a conocer el juego con el máximo de partidos posible. Eso ayudará a su formación y a sumar experiencia, lo que fortalecerá, qué duda cabe, su crecimiento como hockista.

Torneos. Con el surgimiento de Ligas –hoy están en actividad la Liga Centro o Metropolitana más la Liga Sur, con la posibilidad aun latente de la Liga Costa-, será necesario uniformar criterios de juego y períodos en que se disputen los campeonatos, para poder programar la organización de los Torneos Nacionales.

También, fortalecer la Liga de Honor, tanto femenina como masculina, con la inclusión de clubes no santiaguinos para empoderar el ya mencionado tema de la difusión y agrandar el universo de competidores. El contar con más elencos en la principal categoría del hockey nacional traerá mayor cantidad de partidos en la temporada y mayor desarrollo de esas nuevas fuerzas que se incluirían en el estamento.

Colegio de técnicos. Derivado de lo anterior, quienes deben establecer estos programas de formación y también tener voz en la planificación de la temporada son los técnicos. Para ello, se debe reconstruir lo que fue la Asociación Nacional de Entrenadores de Hockey, para formalizar estas iniciativas.

También, para retomar la formación de nuevos entrenadores con los correspondientes cursos de Nivel 1, Nivel 2 y Nivel 3 contando con el aval de World Skate. De esta manera, se formalizará a quienes desempeñan la labor de formar y dirigir a los hockista, algunos de ellos con formación autodidacta.

Esos cursos, además, deben fomentar el perfeccionamiento de la profesión con tecnificaciones a cargo de entrenadores extranjeros de primer nivel, que aportarían en el conocimiento de las nuevas tendencias en cuanto a desarrollo de entrenamientos y tácticas de juego.

Reunificación arbitral. Tema que aún está en carpeta. El agrupar a los referís bajo un solo techo facilitará temas tan básicos como designación de cada fin de semana terminando con la inercia de saber si se cuenta con árbitros CNA o árbitros Achar para tal o cual partido.

Además, al contar con un único cuerpo arbitral se podrá realizar los correspondientes análisis de reglamentos, clasificación de jueces en Clase A, B o C de acuerdo a sus correspondientes experiencias y contar con candidatos que pueden ser considerados en eventos internacionales como Sudamericanos y Mundiales.

También, programas de difusión en universidades y entre apoderados que quieran desempeñarse como referís para disponer con un mayor número de árbitros. Agregando políticas de pedagogía reglamentaria entre los clubes para que posteriormente en cada partido no haya reclamos del público por algún cobro que pueda malentenderse al desconocer las reglas del juego.

Pedagogía general. Finalmente, y derivado de todo lo anterior, es menester también que en cada equipo se enseñe a los padres y apoderados sobre los criterios y objetivos que se deben cumplir para que su hija (o) pueda ir quemando etapas y no llegar a categorías juveniles sin saber parar la pelota o frenar de lado. También, para evitar que sus opiniones estén por sobre los criterios técnicos aplicados por los entrenadores de sus hijos –lamentablemente, los exponentes de los “papás-entrenadores”, que nunca se calzaron un par de patines siquiera, se expande en el tiempo-.

Además, lo que se ya expresó en el ítem anterior: que conozcan los reglamentos de juego y no criticar por criticar el desempeño de los árbitros en cada partido. De esta manera, se podría ir descartando los asomos de barra brava futbolera que se ha manifestado en algunos momentos en nuestra escena.

En conclusión, son todos temas pendientes que deben ser ya considerados para que los estándares de la actividad del hockey sobre patines chilenos comiencen a nivelar, por fin, hacia arriba.

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