Lo sucedido el viernes 24 de noviembre, en la pista del Cementerio de Elefantes en Peñaflor, fue un hito más en la historia del hockey leonpradino. Pero no uno cualquiera, sino que el más importante en la historia del hockey femenino del instituto sanmiguelino.
Historia que, a pesar de la extensa tradición hockistica del Instituto Miguel León Prado, es muy breve en lo que se refiere a las damas. Recién contabiliza quince años, desde 2008 cuando se formalizó la fundación de la rama femenil tras el empeño de algunas alumnas, que alineaban por otros clubes, que hicieron llegar a la rectoría su deseo de jugar por su colegio en las competencias federadas.
Esos afanes, tres lustros después, alcanzaron el cenit con su primera corona en la categoría máxima, la del Clausura de la Liga Metropolitana. La coronación de un proceso que ya lleva cuatro años a cargo de su técnico José Sepúlveda.
“En este 2023 fuimos de menos a más, con un plantel joven, con mucho hambre y con la convicción de lograr grandes cosas. Fuimos partido a partido, jugando a nuestro modelo sabiendo que dependía de ellas lograr lo que lograron. A medida que pasaban las fechas íbamos viendo que seguíamos arriba en la tabla y se hacía más real el objetivo. Logramos meternos en Semifinales con la patrulla juvenil y luego, la final contra Bata donde hicimos todo lo que teníamos que hacer” señala a Patines y Chuecas el estratego que destaca un detalle, el de la patrulla juvenil.
El promedio de edad del equipo no supera los 20 años, donde Constanza Urbina y Viviana Varas lucen como aval el ser ex alumnas del IMLP. Mientras que sus compañeras de equipo la portera Emilia Bustos, Almendra Lara y Nicole Urbina son hoy integrantes del alumnado marianista. La otra mitad del plantel está compuesta por elementos que, sin ser estudiantes del colegio, se impregnaron de la especial mística que significa vestir la camiseta leonpradina. La referencia es a la arquera Sofía Inostroza, Daniela Contreras, Sofía Villavicencio, Fernanda Ocampos y Constanza Sepúlveda.
“Honestamente fue un comienzo difícil, perdíamos todos los partidos 27 a 1, pero yo sabía que con trabajo lograríamos posicionar el León Femenino. Trabajamos durante dos años la marca personal desde las categorías pequeñas, dejando de lado un poco el resultado por un objetivo a largo plazo. Perdíamos muchos partidos por querer jugar a algo distinto o algo que nos diera mejores resultados a futuro. Luego de algunos años logramos competir de igual a igual” rememora Sepúlveda.
Siendo el mismo plantel, prácticamente, que juega la Liga de Honor, en el primer semestre culminó en el sexto puesto de la tabla de la categoría superior, jugando el Repechaje; mientras que en el Apertura de la competencia capitalina fueron eliminadas, en Cuartos de Final, justamente por Bata, su rival ante el que alcanzaron la corona. Y en la segunda parte del año, en Honor se quedaron en el Repechaje tras un ajustado 3-2 que les endosó Estudiantil San Miguel tras finalizar en la cuarta casilla de la clasificación general.
“Quizás para otros es un campeonato más, pero para mí es el más lindo porque consolida un trabajo de mucho tiempo. Primero fuimos campeonas con las chicas en Argentina. Luego, campeonas Sub 17. Y ahora Adulta Femenina. Todos los años tenemos objetivos claros en las categorías, siempre queriendo mejorar la temporada anterior, queremos luchar por el siguiente campeonato, y ojalá lograrlo en la Liga de Honor. Siempre ha estado ahí, sabemos que en la Regular son los mismos equipos, aun así queremos luchar por la Liga de Honor” agrega el arquitecto albiverde.
Emblema. Pero dentro de la cancha la que lleva las banderas es Constanza Urbina. Si de emblemas se trata, la Cony con este blasón quedó en la historia leonpradina a la altura de otros próceres del club como Sandro Pifferi, Egidio Bonfanti, Eduardo Díaz, Jorge Andreu, los hermanos Gonzalo y Gastón Madariaga, Jorge Widoycovich, Eduardo Riveros, Carlos Gerkhue, los hermanos Juan Carlos y José Miguel Fernández, Carlos Vargas, Rómulo Vargas, Claudio Hidalgo y tantos más.
“Para mí este título es el fruto de años de trabajo y marca un hito en el Femenino del León Prado, donde la constancia y perseverancia fueron claves para lograrlo. Con un equipo muy joven logramos hacer historia y nos queda mucho por mostrar. Junto a ellas y el apoyo incondicional de nuestro entrenador seguiremos abriendo paso a las nuevas generaciones y siendo referentes de las mismas” señala, con la misma convicción con que maneja la bocha con su stick, la capitana leonpradina.
Reafirmando que “la tradición (del hockey leonpradino) se mantiene totalmente”, Constanza Uribina ya vislumbra lo que se viene. “Las proyecciones que tenemos como equipo es seguir compitiendo de igual a igual contra cualquiera y nos sentimos fuertes para mantenernos dentro de las potencias y pelear los puestos más altos, además de consolidarnos y seguir creciendo como equipo”.
No es antojadizo aquello que mencionó de “mantenernos dentro de las potencias”, porque lo hecho este año ubica, qué duda cabe, al León Prado entre una fuerza emergente entre las que dominan la escena femenina como Bata, IDF, Estudiantil San Miguel, Vilanova y Sagu. “El salir campeonas marca un hito y el comienzo de nuestra historia” remarca la Cony.
El 5-1 de aquel viernes 24 de noviembre, ante un histórico rival como lo es Bata, marcó un antes y un después en la historia del hockey femenino leonpradino. Y en la historia total del instituto sanmiguelino, que en 2024 cumplirá 70 años de recorrido hockístico.
Por eso, parafraseando el himno del Instituto Miguel León Prado que inicia sus versos con “Quien como Dios es el grito de guerra…” de estas hockistas bien se puede señalar “Quien como ellas…”