Fueron más errores propios que virtudes del rival las que armaron esta derrota de la Selección Masculina ante los anfitriones por 7-0, en el debut del XLVI Mundial Masculino en Novara. Que la Roja tuvo algunos momentos, claro que sí; pero los mencionados yerros y algunas pelotas muertas favorecieron a los itálicos.
Insinuó el equipo chileno rápido traslado de la pelota, tránsito por las barandas y pases largos. Pero, y tal como se los recalcó la cabina técnica, faltó el pique en diagonal para recibir la combinación y llevar peligro a la cabaña local.
Lo peor es que los dos primeros goles italianos fueron propiciados por errores no forzados de los nuestros, al no cerrarse de manera correcta en la apertura de la cuenta y pases desajustados en el segundo tanto -en ambas ocasiones, Andrea Malagoli fue el perfecto oportunista para cobrar-. El tercero, un penal que Chile le regaló al local con ese intento de marca con un abrazo que Davide Gavioli, hay que decirlo, le puso su dosis de histrionismo con su caída para que los árbitros sancionaran. Los dos siguientes, conversiones de tiro libre. Sólo los dos últimos fueron de juego, propiamente tal, cuando la defensa chilena estaba jugada.
Ojo, que esto no suene a justificación a favor de la Roja sino que sea un llamado de atención para que el equipo nacional no repita esos bemoles en los partidos que vienen. Pero, así también, eso da cuenta que el quinteto italiano aprovechó de manera acertada las ocasiones que se le presentaron. No se trató de un elenco que apabulló con su dominio a su rival sino que es un equipo que sabe reaccionar cuando lo debe hacer. Fueron sólo situaciones específicas que desbalancearon el tema a su favor.
Al otro lado, los chilenos llevaron ataques mediante la búsqueda de la combinación hasta con tres hombres para abrir el cerrado tramado defensivo de los alpinos. Fundamentalmente, eso se logró cuando el cuadro sudamericano apeló a un 1-2-1 para intentar enredar la testera contrincante. Y en la contra, cuando se produjo, el protagonista fue, sobre todo, Diego Rojas quien siempre tuvo que sortear, mínimo, a dos defensores.
Italia ante ese panorama aceleró y busco, de manera principal, desde la periferia para la búsqueda del centro hacia el punta de lanza que remataba de primera. Ante esos embates, el portero Diego García respondió de buena manera. Sólo Francisco Ipiñazar trató de salirse del libreto entrando con pelota dominada pero el cancerbero chileno también estuvo atento en esa incidencia.
Hasta ahí, una suerte de equilibrio que se habría mantenido si no hubiera sido por los agravantes del equipo chileno ya mencionados. Ahora bien, tras este nefasto debut se tendrá que ver si los atisbos de buen juego que mostró la Selección Nacional alcanzarán para lograr algo en sus siguientes partidos ante los españoles y los franceses.
ITALIA 7-0 CHILE
ITALIA: Riccardo Gnata; Andrea Malagoli, Giulio Cocco; Alessandro Verona y Francisco Ipiñazar -cinco inicial- Alberto Pozzato, Davide Banini, Davide Gavioli, Francesco Compagno y Stefano Zampoli (AS). DT: Alessandro Bertolucci
CHILE: Diego García; Vicente Soto, Joaquín Fernández; Felipe Márquez y Diego Rojas -cinco inicial- Benjamín Díaz, Felipe Castro, Álvaro Osorio, Gabriel Tudela y Lucio Armijo (AS). DT: José Luis Bertrán
Goles: primer tiempo: 1-0, 1’13” Andrea Malagoli (Ita); 2-0, 5’16” Andrea Malagoli (Ita). Segundo tiempo: 3-0, 7’43” Giulio Cocco (Ita), de penal. 4-0, 12’16” Giulio Cocco (Ita), de tiro libre; 5-0, 13’04” Giulio Cocco (Ita), de tiro libre; 6-0, 24’24” Giulio Cocco (Ita); 7-0, 24’44” Giulio Cocco (Ita)
Árbitros: Carlos Correia (Portugal) y Leandro Davegno (Argentina)
Tarjetas azules: segundo tiempo: 13’00” Benjamín Diaz (Chi);
Cancha: Pala Igor, Novara
