Fecha de fundación de la rama: 5 de septiembre de 1942
Apodos: Ruleteros, Los Guata Amarilla, Ever Forever, Evertonianos, Los Oro y Cielo, Auriazules
Palmarés: Campeón de la Asociación Santiago en 1949 (disco) y 1950 (bocha)
Referentes históricos: Alfonso Finalteri, Mario Finalteri, Jorge Cordero, Carlos Robles, Raúl Lara, Luis Burrel, Adolfo Scherz y José Valencia
(Investigación y redacción: Jorge Rodríguez-Cáceres)
Record inigualado. Inmerso en el crecimiento que se manifestaba a inicios de la década de los 40, con la conformación de clubes tanto en Valparaíso como en Viña del Mar, en septiembre de 1942 se conformó la rama de hockey sobre patines del conjunto evertoniano. Esto se permitió por la fusión que la institución Oro y Cielo tuvo con el equipo del Indian’ s Club, el decano y primer club fundado del hockey nacional nacido en 1935 en Valparaíso. Aquella primera formación del elenco ruletero sobre patines la conformaron los señores Gil, Labayrú, Gallardo, Serra, Hudson y Jiménez.
Fue el inicio de la gran actividad que el cuadro de la franja amarilla tuvo en aquellas coyunturas. Animador de la Liga local –donde se enfrentaba a su paisano Ciclón más los porteños Mario Tapia, Patín Hockey Club y Unión Victoria-, también formaba parte de encuentros internacionales que se escenificaban en avenida La Marina.
Con esos avales, en 1949 Everton se inscribió en la competencia de la Asociación Santiago, el campeonato más importante de la escena nacional, luciendo en su plantel a un par de hermanos que hacía rato daban de qué hablar en la Ciudad Jardín: Alfonso y Mario Finalteri.
Fue especial el certamen de ese mencionado año, porque fue el último que se jugó bajo la modalidad de disco, ya que se había confirmado que en la siguiente temporada se adoptaría la normativa internacional, la de jugar con bocha.
En ese escenario, Everton estableció un record único: con el bicampeonato de 1949 y 1950 en la Asociación Santiago, fue el último ganador con disco y el primero con la pelota de caucho.
Se trataba de un conjunto que balanceaba muy bien la técnica con el físico. Según la prensa especializada, sus jugadores eran “dominadores de pelota e inteligentes. Los cinco campeones lucharon bien por su equipo”.
Aquella formación estaba compuesta por Jorge Cordero –“un buen arquero”-, el defensa Carlos Robles –“gran rapidez y habilidad”-, el medio Raúl Lara –“un punta de lanza efectiva”- y los hermanos Finalteri –“subían y bajaban con la pelota o tras ella, multiplicando con su juventud y resistencia a su equipo”-. A nivel global, se redactó que “viene siempre a la capital a demostrar su jerarquía”.
Constante animador. Los nuevos aires que significó el comenzar a jugar con la bocha, derivó en que los encuentros que se escenificaron en las calles viñamarinas quedaron en el archivo para dar paso a compromisos en canchas reglamentarias. De esta manera, el rectángulo de básquetbol de la sede de Everton, en calle Vianna, se transformó en el epicentro del hockey-patín viñamarino. Refrendado todo con la realización en ese reducto de la décima edición del Torneo Nacional, en 1952.
Al año siguiente, Everton de Viña del Mar anotó dos hitos más en su historial con los patines y chuecas: primero, fue el único equipo chileno que venció al cuadro argentino Harrods Gath & Chaves, a la sazón vigente campeón sudamericano y base de la Selección Nacional trasandina que proyectaba participar en el Mundial de Ginebra. La victoria ruletera fue de 2-0, con un quinteto que lució a los Finalteri, Luis Burrel, Adolfo Scherz y José Valencia.
Lo otro, fue subcampeón sudamericano en la cita realizada en abril de 1953 en el entonces Estadio Chile –hoy Víctor Jara-, con un cuadro que contó con los refuerzos de Osvaldo Rodríguez y Luis Oro. El derrotero viñamarino en el certamen fue compuesto por victorias sobre los uruguayos de Platense (11-2) más los argentinos de Telecomunicaciones (9-5) y Colegio Suizo (9-4); un empate con Universidad Católica (7-7) y derrota con Audax Italiano (3-5).
En los años siguientes Everton continuó formando parte de la competencia viñamarino, fomentando sobre todo las divisiones infantiles. También, fue partícipe de la inauguración, en 1958, del Coliseo de Viña del Mar –ubicado en 1 Oriente, entre 13y 14 Norte- en un hexagonal donde enfrentó a los anfitriones, Ciclón, más Unión Española de Valparaíso, Audax Italiano, Thomas Bata y Universidad de Chile.
Reinicio. Poco a poco la rama fue quedando fuera de la cancha, teniendo sus últimos partidos, en categorías infantiles, a principios de la década de los 90. El nombre de Everton sobre patines sólo se mantuvo, sobre todo en los últimos lustros, gracias a especialistas de patina artístico.
Sin embargo, en marzo de 2020 comenzó a reactivarse la disciplina, en un proceso enmarcado en las directrices de la Corporación Deportiva Everton de Viña del Mar, y liderado por los directivos Cristian Daza y Franco Saa, más el técnico Andrés Gutiérrez.
Con el objetivo de la formación, para fortalecer el hockey sobre patines en la Región, el renaciente representativo ruletero ya cuenta con un comodato en el sector de Achupallas para levantar su cancha propia. Y en un par de años, contar también con su propio gimnasio.