El XI Campeonato Mundial Sub 19 ya es historia. Pero dejó algunos errores, de tamaño monumental, que han perjudicado el desarrollo de la disciplina. Por eso, en un afán constructivo y dirigido, especialmente, a la dirigencia de World Skate presentamos una serie de bemoles que dejó el reciente certamen y la potencial solución que se podría implementar para evitarlos en los futuros certámenes continentales y mundiales. De esta manera, se podría propiciar un mejor cariz de nuestro deporte y dejarlo en mejor pie para, por ejemplo, ser considerado en escenarios mayores como Juegos Panamericanos y/o Juegos Olímpicos.
Ojo electrónico. Lo sucedido en el segundo tiempo de la final entre españoles y portugueses, con el gol que no se les validó a los lusitanos, es un aviso y ocurrente en todas las canchas del mundo. ¿Cuántas veces, cuándo la pelota da en los laterales del arco, se confunde la visión y se piensa que da en el exterior de la malla o viceversa? Por eso, para evitar esas situaciones que pueden llegar a ser cruciales -en la final, si se hubiera decretado el gol Portugal pasaba a ganar 2-1- es imperativo establecer una suerte de VAR. Tal como se estila es otras disciplinas como el fútbol o el tenis con el Ojo de Águila. Hoy, con tanta emisión por streaming, se podría establecer sin mucho gasto. La tecnología está para el servicio del deporte, no hay que desaprovecharla.
Sistema de anotación. Las goleadas impresentables que anotó el equipo de China sólo atentan en contra del hockey. World Skate debería normar estas situaciones cuando las diferencias técnicas entre uno y otro equipo son abismantes. Lo más simple, y que se aplicó en el pasado Panamericano de Clubes, es valorizar el marcador hasta con seis goles de diferencia. También se puede tomar el ejemplo de otros deportes, como el karate que en un combate cuando uno de los contendientes llega a 8 puntos el enfrentamiento termina. Por ello, en el hockey se podría determinar que si un equipo anota 10 goles, en un cotejo con evidentes disparidades técnicas, el partido se termina. Así se evitarían esos abultados marcadores.
Al respecto, no olvidar el gesto del equipo alemán que cuando enfrentó a China no la apabulló sino que controló la pelota y ganó “apenas” 1-0 con un tanto marcado en el minuto final. Por lo menos, aún existe la caballerosidad deportiva gracias al Cielo.
Hándicap. Derivado de lo anterior, ¿por qué no aplicar en estos Mundiales índices de hándicap para establecer los diversos estamentos de competición? Estaba claro que Gran Bretaña le lleva enorme distancia a China cuando jugaron. Entonces, para evitar esos abusos goleadores, las naciones con menos hándicap que sólo jueguen entre ellos, lo que conllevaría a establecer un Mundial D. Mejor eso a presenciar esos numeritos que sólo, insistimos, atentan en contra del hockey-patín.
Información. Ahora bien, World Skate se debe preocupar también de informar y confirmar la calidad de los equipos que asisten a los Mundiales. ¿Cómo no se percataron que los chinos, de ocho jugadores de campo que inscribieron -sin considerar a los arqueros-, disponían de apenas tres en la primera fecha? Mal ahí la dirigencia del hockey mundial al no hacer las confirmaciones previas, las que si no se cumplen o se posterga el partido o, simplemente, se descarta al equipo involucrado.
Otro detalle al respecto es confirmar el nivel técnico-táctico de los participantes. Si no cumplen un mínimo de calidad -por ejemplo, buen patinaje y correcto manejo del stick-, mejor que posterguen su intervención, que se preparan de mejor manera -con la guía de técnicos auspiciados por World Skate, otra tarea ahí para la dirigencia- y jueguen en el siguiente Mundial. Eso de agregar países por agregar para mostrar al mundo asistencia mayoritaria no vale. De paso, no favorece a la ansiada difusión.
Formato. Finalmente, revisar el sistema de campeonato. La delegación alemana, en su comunicado público difundido hace algunos días, señalaba que sus deportistas ante el nivel de algunos rivales poco o nada podían mostrar sus avances. Para peor, el mentado ascenso al grupo superior es el puro nombre, porque deberán esperar dos años más para jugar, otra vez, el Europeo y contar quedar ubicado entre los cinco o seis mejores para poder jugar en el Mundial A.
Si la dirigencia de World Skate mantiene este sistema de ocho países, divididos en dos grupos, ¿por qué no retomar lo de los primeros World Roller Games, cuando después de las tres primeras fechas el país que terminaba cuarto en su grupo descendía inmediatamente y su escaño era para el que terminaba primero en el grupo del Mundial B? Ayudaría al espectáculo, con partidos más intensos buscando el resultado.
Ahora bien, si el Mundial debe extenderse sólo por una semana, ¿por qué no hacer un todos contra todos, en siete fechas? De esta manera, los equipos de segundo o tercer orden tendrían una referencia con las potencias para elevar su nivel y enfrentarlas de mejor manera. Y los dos últimos descienden, pero con un descenso efectivo y no que su continente sea el que pierde un cupo como se estila hoy. Ojo, el sistema todos contra todos era el que se utilizó hasta el Mundial de 1988. Y la verdad sea dicha, era más atractivo.
Tras la disputa del torneo sub-19 que se celebró en Novara la pasada semana aparecieron diversas reflexiones, tanto en webs como en redes sociales, en las que se proponían medidas para evitar algunos resultados abultados que se dieron en el mismo. Es evidente que algo hay que hacer y las medidas que se proponen pueden ser correctas para su aplicación inmediata, pero me da la sensación que con ellas lo que se hace es poner una venda (dar por finalizado un partido cuando la diferencia de goles es enorme, limitar la diferencia en el marcador, …) y damos por perdida una batalla más importante que, entiendo, habría de concentrar esfuerzos del mundo del hockey rodado: mejorar el nivel competitivo de los equipos.
Desconozco el nivel de compromiso de nuestros organismos internacionales para resolver este tema, pero recuerdo una entrevista a Carmelo Paniagua en el canal Todo Patín, en la que el mandatario español decía estar a disposición de quien requiriera ayuda. Esta postura es plausible solo a medias, ya que creo que estos organismos deberían de tener una postura más activa y no esperar a que llegue la solicitud de ayuda, sino ofrecer dicha ayuda con los recursos que la magnitud de nuestro deporte puedan aportar.
Creo que World Skate debería de implementar un proyecto de desarrollo y promoción del hockey sobre patines en países con poco desarrollo de este deporte en el que se tocaran asuntos como la difusión, el incremento del nivel competitivo, el trabajo en medios de comunicación y redes sociales,… Y una vez elaborado ese proyecto ver en qué país o países se puede llevar a cabo porque su situación permitiera un mejor aprovechamiento de los recursos (entiendo que se podría empezar en uno solo a modo de proyecto piloto).
Bien sé que para llevar esto a cabo es necesario el dinero y desconozco todo sobre las finanza de World Skate, WS Europa y WS América, no sé en qué se gasta el dinero de los cánones de organización de las distintas competiciones (no lo digo tratando de insinuar mala gestión, lo escribo con sinceridad), pero una parte podría dedicarse a estos proyectos, también se podría explorar el crowdfunding y, por supuesto, el país beneficiado del proyecto también se debería de comprometer en la búsqueda de financiación.
Entiendo que todo es difícil, pero no es lo mismo incrementar el nivel competitivo de un equipo que crear un club nuevo desde cero y hoy en día la formación on-line puede ayudar mucho.