Lo de las ibéricas fue una lección de cómo machacar con constantes ataques el férreo esquema defensivo que lucen las italianas, que apostaron a ser consecuentes con jugar en zaga y apostar al contragolpe.
Las españolas no detuvieron su despliegue en todo el cotejo, buscando por los costados e intentando la diagonal. Prueba de la efectividad de su constante erosión ofensiva fue que en los últimos minutos la propuesta azzurri se fue desmoronando, construyendo el resultado final.
De esta manera, España anuncia su candidatura al título que quiere recuperar. Pero en semifinales deberá doblegar a un clásico rival, Argentina.