Reivindicatorio fue el triunfo de Las Marcianitas sobre las teutonas, que les permitirá disputar este sábado el quinto puesto mundialista ante la encumbrada Colombia.
Reivindicatorio para el ánimo, para recuperar fuerzas y seguir adelante en este Mundial. Sí, es verdad que las expectativas eran altas. Pero bueh, ya está… hay que jugar para quedar entre los mejores cinco.
Claro que el pleito con las germanas comenzó muy mal. Porque al frente también había un equipo herido que había sido desbancado con un Gol de Oro, y apelaba al derecho de la resurrección deportiva.
Y en los primeros tramos del cotejo se vio mejor al representativo europeo con su pequeño cuadrado para salir en contragolpe o apelar al remate de distancia. Y el objetivo se consiguió con la apertura de la cuenta que trajo los fantasmas de la derrota de Francia al Mecano de Playa Brava.
El público presente no estaba conforme con lo que presenciaba, con intentos ciegos de ataques de Francisca Puertas, Fernanda Urrea y Francisca Donoso porque no le encontraban la manija al asunto. Atrás, respaldándolas, Alexa Tapia intentando colocar la calma.
Por eso, la barra chilena comenzó a pedir a Beatriz Gaete, quien al ingresar justificó el favor popular. La Betty, otra vez, fue quien manejó las transiciones en el equipo chileno aclarando de a poco el panorama. No se demoró la referente de San Agustín en ungirse, otra vez, como la figura nacional. Más aún, se consiguió el empate parcial.
El cuadro se completó con las entradas de Gigliola Berloffa y Catalina Flores. Con las tres Marcianitas de la nueva generación más la experiencia de Alexa Tapia el equipo chileno comenzó a verse mejor, a tomar ritmo, a establecer diferencias sobre un quinteto rival que comenzaba a desorientarse. El 3-1 que se estructuró en los comienzos de la segunda etapa pareció que el equipo local se encaminaba hacia una tranquila noche.
Pero los nuevos cambios en la formación nacional y un nuevo descuento alemán -cuando no estaban en cancha ni Alexa Tapia ni Cata Flores- le pusieron incertidumbre al asunto. Tensión que se pudo haber evitado si se hubiera mantenido la alineación que estaba luciendo… pero bueh uno sólo es testigo de lo que está sucediendo en cancha.
Todo se relajó con el 4-2, propiciado por la banca alemana que se la jugó por sacar a su portero Christina Klein para aumentar el volumen de jugadores de campo y dejando su valla a completa disposición de Francisca Donoso que, tras pinchar una pelota, abrochó el tema.
Resultado que posibilitaron el retorno de la tranquilidad a Las Marcianitas, que supieron cambiar el chip a tiempo.
