Los Padres del Hockey Chileno (Parte 2)

1953_sudamPresentamos la segunda entrega de esta lista que sólo pretende dar a conocer a quienes, en mayor o menor grado, establecieron los cimientos de la disciplina de los patines y chuecas en nuestro país.

Oscar Ahumada Ibacache: Un paradigma del buen dirigente, aquel preocupado del bienestar de sus deportistas hasta del más mínimo detalle como prioridad suprema, llegó al hockey como uno más de los asistentes a las reuniones dominicales frente al Palacio de La Moneda. Ahí acompañó a sus hijos Sergio -que jugaba por Banfield de Yungay- y Oscar, que mostró talento innato para el tema. Entusiasmado, don Sergio propuso al Club Deportivo Colo Colo formar su respectiva rama, logrando el título capitalino en 1945. Luego, creó los respectivos equipos de Ferrobadminton, Guadalupe de México y de la Universidad Técnica del Estado, donde el apellido Ahumada es parte de aquella Aloma Mater conocida hoy como Universidad de Santiago.

Rafael Casali: Italiano. Jugador, en sus años mozos, de hockey sobre patines y sobre hielo, arribó al país en 1949 por asunto de negocios. Pero el entusiasmo fue mayor y realizó su gran aporte al posibilitar que el hockey chileno, que se jugaba con disco, se ajustara a la norma internacional, o sea pasar a la bocha siendo el gran gestor de aquello traduciendo, incluso, al castellano el reglamento. Además, sus contactos con la colonia peninsular lo acercaron a Audax Italiano donde formó el mítico quinteto -liderado por los hermanos Finalterri- que dominó por una década consecutiva el Torneo Metropolitano y, además, fue campeón sudamericano en 1953.

Elías Reyes: Español. Llegó a nuestro país, contratado por Universidad Católica con el aval de haber iniciado el hockey en Madrid tras observar la actividad en Barcelona y en Portugal. Menos de un mes después, y tras presenciar algunos partidos en la antaña cancha del estadio Santa Laura, fue categórico en sus juicios: “el chileno no sabe patinar”, dijo. A partir de ahí, comenzó a marcar una escuela de patinaje que agregó la actualización en cuanto a tácticas y estrategias. Su background le permitió dirigir a la Selección Nacional en el título sudamericano de 1954 y en el quinto puesto en el Mundial de 1955. Y, además de cimentar las bases del hockey de la UC, hizo lo propio con la disciplina del club Huachipato.

En esta historia, sin Casali ni Reyes el hockey chileno no habría protagonizado el despegue que tuvo en la década de los 50. Episodios claves para la sobrevivencia y consolidación de este deporte. No es mezquino decir, entonces, que dentro de todo este panteón el italiano y el madrileño son los dos personajes principales.

Cipriano Fernández de Retana: Vasco. Cuando la congregación marianista llegó al país, en 1949, para hacerse cargo del programa educativo del Instituto Miguel León Prado no tenía por ningún lado considerar al hockey en el programa educativo de aquel establecimiento. Esto, porque la mayoría de los integrantes de esas delegación ni siquiera habían visto algún partido. Todo fue espontáneo, gracias a los empeños del Profe Retana que no dudó en apoyar a algunos de sus alumnos de Tercero de Humanidades que protagonizaban pichangas sobre patines en el sector Franklin. Constituyó aquello los primeros párrafos de una historia que se sigue escribiendo hoy…

* Próxima entrega de los Padres del Hockey Chileno: Jorge Frohman, Carlos Mourgues, Enrique Nicolás y Baldo Santi.

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