Se señala que en los deportes de conjunto, en los que se incluye al hockey, la primera táctica fue el pase. El autor de aquella acción no pensó, de seguro, que esa simple acción de compartir la pelota con un compañero de equipo servía, por un lado, crear un camino para llegar hasta el pórtico rival; y el, por el otro, alejar el potencial peligro de la zona propia. De esta manera, se conjugaron las dos facetas básicas del juego: ataque y defensa.
Para cumplir con las mencionadas facetas del ataque y de la defensa, se debe apelar de forma necesaria de la táctica, a partir del Sistema de Juego determinado con antelación para enfrentar al rival de turno. O sea, si defenderá con uno o dos deportistas, si se privilegiará el ataque por los carriles externos o por el sector central, etc.
En pos de encarnar las propuestas tácticas y estratégicas se apela a las labores específicas de cada jugador con que cuenta la cabina técnica. Hay algunos deportistas que por su mejor contextura física tienen mejor potencial para cumplir labores defensivas; o los que tienen mejor explosión puede ser el principal agente ofensivo para los contragolpes.
Un poco de historia. Con este último párrafo como introducción, ¿cómo nacieron en el hockey los puestos de defensa, medio y atacante que conforman las tácticas que se utilizan en la disciplina?
Retrocedamos a finales del siglo XIX. Específicamente, a la época en que el ciudadano estadounidense Edward Crawford, tras una visita a su país, adaptó en Inglaterra el llamado roller polo, que era una suerte de hockey sobre patines que en Norteamérica practicaban en la época veraniega los exponentes del hockey-hielo. Cambaban los botines con cuchillas por zapatos con patines quad o sea, con cuatro ruedas para no perder el training durante los días en que los termómetros no marcaban números congelados.
En aquellos días, el hermano gélido de nuestro deporte se jugaba con siete deportistas cada equipo. La formación base era un llamado goal o arquero; un point, denominación de lo que era el último hombre; un center point, o defensa más adelantado; más cuatro delanteros nombrados atacante derecho, centro derecho, centro izquierdo y atacante izquierdo. Todo resumido en el esquema 1-1-4.
Como las pistas de patinaje inglesas eran más reducidas que las canchas de hockey-hielo, cada elenco alineó a cinco deportistas eliminando a dos delanteros.
De esta manera, se jugaba con un esquema 1-1-2 compuesto por un goal keeper (arquero), un back (defensa), un center (centro o medio) y dos wings (alas o extremos). Las funciones básicas de un equipo de hockey sobre patines habían sido definidas. Tan simple como eso.
Esto permitió, también, que de forma casi espontánea naciera el primer sistema de juego del hockey-patín: la Táctica de la Y. Pero ésa es otra historia que se abordará en una próxima crónica.