La Previa

El Gimnasio Monumental de Talcahuano, conocido como La Tortuga, tuvo un promedio de 8 mil personas en cada una de las jornadas del Mundial.

El aval del título sudamericano fue el momento ideal para un nuevo envión. Porque de los deportistas no se dudaba que iban a poner lo suyo para ese realce en la cita mundialista. Y se esperaba que los dirigentes, tras los sucesos que terminaron con el mandato del directorio de Eugenio Silva, estuvieran a altura de las circunstancias.

Por de pronto, la mesa liderada por Leoncio Medina estaba respondiendo a las exigencias. En abril viajó hasta Montreaux para asistir al Congreso de la FIRS para justificar el que, por primera vez, un Mundial de hockey se disputara en dos ciudades subsedes. En específico, Santiago y Talcahuano. El apoyo de Portugal, España, Inglaterra, Alemania y Australia propició la aceptación de la propuesta. Lo que favoreció la solicitud chilena era que, también por primera vez, la máxima cita de la actividad tendría inscripción libre de participantes. Se terminaba así con el límite de diez o doce competidores, que se definían tras competencias continentales. Por eso es que se registra la cifra record de 18 países que quieren asistir a Chile en noviembre.

Paralelamente, la labor de la Federación con el Mundial apuntaba a propiciar la difusión a través de los medios. Por eso, se negoció con la televisión con cuyos pagos se podría cubrir un gran porcentaje de los 350 mil dólares de costo de realización del certamen.

Por eso, resuelto el torneo oficial con el título de Pepsi-Ciclón en agosto, los seleccionados estuvieron a entera disposición de Mario Spadaro. Y la primera estación, a tres meses del Mundial, era una inédita gira por Europa. Que aparte de conseguir buenos resultados, apuntaba a redimir el nombre de la Selección Nacional.

Sucedió que en la previa, el representativo participó es un cuadrangular con sede en San Juan, fijado entre el 10 y 14 de julio para enfrentarse al seleccionado de Argentina y al club español Liceo de La Coruña. Como parte de la planificación, se envió a un plantel con algunas caras nuevas como Cristián Herrera, Jorge Meza y Eduardo Cleveland, más algunos consagrados como Osvaldo Rodríguez, Jaime Cabello y Francisco Miranda. En casa se quedaron otros titulares como Arturo Salvatierra y Sandro Pifferi.

Los resultados en el Parque de Mayo fueron desalentadores. En el debut ante Liceo de La Coruña (1-5), se lamentó la lesión en la mano de Osvaldo Rodríguez, que le impidió seguir jugando. Ante Argentina (0-11) el equipo chileno lució descoordinaciones y desaplicaciones en los marcajes. Y en la despedida, ante la selección juvenil de San Juan (1-5) no hubo mucho que hacer.

Las evaluaciones no admitieron más margen de error. En los meses que restaban para el Mundial se debería apelar a la experiencia de los consagrados. Y eso se aplicó de inmediato con la gira de tres semanas por las canchas europeas.

 

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