Avanzando la preparación del Mundial, la Federación logra un acuerdo con Televisión Nacional para la transmisión del certamen. Y para que los televidentes se fueran interiorizando del nuevo deporte, la red estatal estrena el sábado 30 de agosto el programa Súper Hockey.
Eso era el fondo del asunto, porque la forma distaba mucho de lo que estaba acostumbrado el asistente tradicional a los partidos de la competencia. Primero, era un escenario no muy conocido: una pista ubicada en la Hostería El Arrayán. Y segundo –como buen programa televisivo que se precia de tal- incluía sorteos, un ballet en patines, cheerleaders –toda una novedad en el país- y dos jóvenes coanimadoras que hacían sus primeras escenas en TV. Esas lolas se llamaban Viviana Nunes y Paulina Nin de Cardona.
El sistema de campeonato era de eliminación directa con diez equipos invitados –los clubes Universidad de Chile, UTE, Stadio Italiano, León Prado y Universidad Católica; más las selecciones de Santiago, Huachipato, Concepción, Viña del Mar y San Javier-.
A pesar de las buenas intenciones, tras las primeras tres emisiones el cuatro programa no fue al aire. La razón fue una diferencia de opinión entre la Federación y TVN, por un potencial amistoso de Chile con Argentina, vigente campeón mundial. Ese pleito estaba programado en el marco de un cuadrangular que se disputaría en el gimnasio La Tortuga de Talcahuano. Pero la producción del espacio lo vio como una interesante oportunidad de rating de trasladar ese pleito a El Arrayán, que no cumplía con las medidas internacionales para recibir ese tamaño partido.
Tras las correspondientes diferencias de opinión, el 24 de septiembre se comunica que se suspendía el mentado cuadrangular porque los trasandinos no iban a enviar a su quinteto titular, sino que a un equipo que en Chile es considerado “como una Selección B o C”. La paz había vuelto y el programa continuó sus transmisiones llevándose el título el equipo de Santiago.
