El cuerpo técnico de la Selección no había trabajado como tenía planificado de cara al Mundial en San Juan. La meta era quedar entre los ocho mejores, pero la preparación no fue la que aspiraba. De 22 partidos preparatorios planificados, sólo se jugaron seis.
Paralelamente, el técnico Osvaldo Rodríguez estaba enfrascado en una polémica con el presidente de la Federación, Raúl Gutiérrez, a quien se le responsabilizaba por la demora en el arribo de los fondos asignados por el Instituto Nacional de Deportes. Incluso, había rumores de que se quería sacar de su cargo al tetramundialista. Sin embargo, la decisión del IND de que si se hacían realidad esas versiones no habría dineros de apoyo enterró todos esos rumores.
A pesar de esas reyertas, Rodríguez anunciaba que “vamos pensando en lograr cosas grandes”. La apuesta del ex alero del Novara fue mayúscula ya que en la nómina final optó por integrar a siete integrantes del equipo juvenil que había alcanzado el subcampeonato en el Mundial de la categoría, disputado dos años antes en Cali. Los veteranos eran Mauricio Schmidt, Pablo Bravo y Rómulo Vargas.
En la ronda inicial, tras un goleado debut ante Argentina, el equipo mostró su fibra en el partido clave ante Angola. Se venció a los africanos en el último minuto, con anotación de un mozalbete llamado Pablo Jara que recién había cumplido los 15 años.
Esa victoria aseguró, virtualmente, el paso a los Cuartos de Final ya que el último pleito de la primera fase ante Uruguay era considerado ganable. Y se cumplió esa predicción ante un rival que ya no complicaba a una escuadra chilena como sucedía unos 50 años antes.
El duelo en la segunda fase ante los españoles fue catastrófico, relegando a la Roja a la disputa de los lugares secundarios. Pero Francia dio el golpe de gracia, anotando la victoria cuando restaban 29 segundos para el final.
El 3-1 sobre Mozambique, que firmó el séptimo puesto de los chilenos, sirvió para superar las expectativas previas que rozaban el pesimismo por las coyunturas previas.
El sentimiento de los jugadores se reflejó en las expresiones del portero Jorge Bastías. “Le tapamos la boca a los que criticaron nuestro trabajo. Osvaldo (Rodríguez) es muy profesional y nunca ha dejado que estos asuntos nos afecten”, declaró.
Y mientras en San Juan había conformidad por lo logrado, en Santiago tres de los cinco miembros del directorio renunciaron para forzar la salida de Raúl Gutiérrez y convocar a elecciones para renovar la cúpula. Por lo menos, no habría conflictos por un buen rato…