Segunda entrega masculina de esta serie de crónicas, cuyo único objetivo es rescatar del disco duro de la Historia a quienes destacaron calzando patines y empuñando una chueca. Y como siempre enunciamos, habrá acuerdo en muchos nombres y otros no producirán unanimidad. El único objetivo que tenemos como Patines y Chuecas, y que fue refrendado en algún comentario tras la primera entrega, es respetar la historia del hockey sobre patines. Tanto en damas como en varones. La siguiente es la nueva cuenta regresiva.
90. James Taylor (Inglaterra), El Primer Profesional. Siendo la nación de Su Majestad donde se dieron los primeros lineamientos de lo que hoy es el hockey, tardó casi un siglo para que uno de sus deportistas diera el gran salto a las grandes Ligas. Fue Taylor, quien tras jugar por las Selecciones Juveniles británicas, quien con apenas 18 años emigró a la Serie A1 italiana para jugar en el Bassano, con el que ganó la Copa CERS en 2012. De esta manera, se ungió como el primer hockista inglés en convertirse en profesional. También formó en el Prato, Castiglione y Sarzana, totalizando once temporadas en la competencia itálica. Paralelamente, por su representativo nacional formó en seis Mundiales y cuatro Europeos.
89. Gunther Göeckel (Alemania), El Kaiser de una Generación. En la década de los 70 el hockey alemán tuvo buenas presentaciones en los Campeonatos Mundiales. Específicamente, en las citas de 1972 y 1974 donde culminó en el cuarto puesto, escoltando a las potencias. En ese plantel estaba Göeckel, quien también con su club, el Walsum, accedió a Semifinales de la Copa de Campeones de Europa en 1974, junto a otros próceres como Hans Werner Meier, Hans Jurgen Kienapfel y Kurt Achtig. Gunther Göeckel formó en la Mannschaft entre 1968 y 1975 alineando, justamente, en dos Mundiales (los ya mencionados de 1972 y 1974) y tres Europeos (1969, 1973 y 1975).
88. Carlos Chalupa (Angola), El Padre de Todos. Antes que José Adao, Manuel Santos, Antonio Gaspar, André Centeno y Martín Payero llevaran al hockey angoleño a la elite, en los tiempos que en que el país ndongo aún era colonia portuguesa Carlos Chalupa era un verdadero malabarista sobre el rectángulo. Malabarista y depredador del área rival, jugando por el BCA de Luanda que le ofreció, a modo de sueldo, un puesto como bancario para que jugara por ellos. También tuvo su oportunidad en la competencia lusitana, formando en el FC Porto, AD Valongo y Belenenses, además de alinear en el Forte dei Marmi italiano. Sólo le faltó intervenir en un Mundial, para refrendar lo que en Angola no merece discusión: fue el mejor de su historia.
87. Eric Marquis (Francia), El Protagonista de la Revolución. Este goleador –en el Mundial de Portugal 1982 anotó 49 tantos, mientras que dos años después, en la cita realizada en París, agregó 23- fue protagonista de la transición –proceso llevado a cabo por la disciplina en las canchas francesas, que ha obtenido muy buenos resultados sobre todo en las damas- que permitió al hockey galo pasar del “montón” a acercarse a las potencias europeas. Claro, como jugador activo Eric Marquis alineó en seis Mundiales –donde lo mejor fue el título en el primer certamen Serie B disputado en 1984- y seis Europeos –donde el equipo francés no superó el sexto puesto-. Como DT, pasó a integrar el cuerpo técnico de las Selecciones Nacionales Francesas teniendo a su cargo a las diversas categorías de los Bleus -Sub 17, Sub 20, Sub 23 y Absoluta-. Es más, en 2013 obtuvo el cuarto puesto con el representativo juvenil en la cita disputada en Cartagena de Indias, con un plantel donde incluyó a un mozalbete que prometía. Ese jovencito se llamaba Carlo di Benedetto.
86. Joan Vila (España), El Buen Amigo. Él mismo, en una nota que le realizó el Diario Deportivo, se definió como “un buen amigo de todos”. Y eso se notaba en la cancha, tanto con la camiseta del Barcelona como con la de la Selección Española. Un obrero en el rectángulo, con el representativo ibérico ganó cuatro Mundiales (1966, 1970, 1972 y 1976), dos Copa de Naciones (1967 y 1971) y un Europeo (1969); mientras que con el quinteto condal fue campeón en dos ocasiones en la Copa de Campeones de Europa (1973 y 1974). También formó en el CP Vilanova, CH Mataró y Cerdanyola CH.
85. Alfonso Finalteri (Chile), El Coloso Viñamarino. El primer gran referente del hockey chileno, fue considerado el mejor de Sudamérica en la década de los 50 –los brasileños lo bautizaron como el Coloso-. Habilidad innata que lució en esa época en dos Mundiales (1954 y 1955) más los dos títulos continentales que alcanzó (1954 y 1956), comenzó en su natal Viña del Mar para obtener con Everton el título del último campeonato jugado con disco (1949) y el primero con bocha (1950). De ahí, llegó a Santiago donde formó junto a su hermano Mario el, prácticamente, invencible equipo de Audax Italiano que fue diez años consecutivo campeón del torneo chileno (1953 a 1962).
84. Sergi Centell (España), Hijo de la Cantera Condal. Nacido del vivero hockístico del FC Barcelona, integró el mítico cuadro blaugrana de los 70 formado por Josep Lorente y que, en una actitud innovadora para la época, formaba el equipo titular con cuatro delanteros: Sergi Centell, Jordi Vila-Puig, Jordi Villacorta y Ricardo Torres. Con el equipo condal ganó nueve Ligas, cuatro Copa del Rey, seis Copa Continental y diez Copa de Campeones de Europa. Además, fue seleccionado ibérico entre 1975 y 1982, triunfando en un Mundial (1980), dos Europeos (1979 y 1981) y una Copa de Naciones (1980).
83. Tomasso Colamaría (Italia), El Perfecto Escudero. Surgido en el Giovinazzo, su consagración en el Novara coincidió con su mejor época con la camiseta azurra de la Selección Italiana. La época de los 80, donde los peninsulares –con Tommy alineando como último hombre- se adjudicaron dos títulos mundiales (1986 y 1988) y la medalla de oro en los Juegos Mundiales (1985), culminando todo con el bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Un plantel liderado por Pino Marzella, guiando a una camada integrada entre otros por Alessandro Cupisti, Enrico Bernardini y Stefano dal Lago, guiados desde la banca por Gianni Massari. Y en donde Colamaría cumplía su labor atinadamente, sin estruendos, cuán buen escudero.
82. Raúl Montserrat (Argentina), La Leyenda Viviente. Es uno de los referentes del hockey argentino en la década de los 90. La medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, una Copa de Naciones (1993) y dos títulos mundiales (1995 y 1999) resumen lo hecho por Raúl Montserrat con la camiseta albiceleste. Porque a nivel de clubes su nombre está en la historia del HC Liceo La Coruña, gracias a tres Copa del Rey, una Copa de Campeones de Europa (1996) y una Copa CERS (1999), además de un título sudamericano con su natal UVT de San Juan (2004). Hoy se mantiene en actividad, en la categoría Master, adjudicándose con el representativo granate el Mundialito de la categoría (2017), además de obtener la Copa Sudamericana de Santos vistiendo la enseña de Llano Subercaseaux (2018).
81. Joao Sobrino (Portugal), O Quinto Maravilhoso. Fácilmente identificable por su grueso bigote, su calidad hockística le permitió formar parte del legendario quinteto del Sporting de Lisboa –conocido como el Equipo Maravilha– que en 1977 se adjudicó, por primera vez para el hockey lusitano, la Copa Europea de Clubes –terminando así con el monopolio que tenían los españoles-. Ese equipo lo completaban Ramalhete, Chana, Rendeiro y Livramento. Con el cuadro de los Leones lisboetas –donde es referente histórico- Sobrino ganó, además del mencionado trofeo, cuatro Ligas lusitanas (1976, 1977, 1978 y 1982), dos Copa Portugal (1976 y 1977) y una Recopa Europea (1981). Y con su país se adjudicó un Europeo (1977) y un Mundial (1982).
Próxima entrega: jueves 10 de enero, Las 50 Mejores Hockistas de la Historia: Cuenta Regresiva de la 40 a la 31…