
En la presente temporada del hockey sanjuanino, cumplidas cuatro jornadas de la competencia de Primera Femenina el elenco de SEC se ubica en la quinta casilla con 6 puntos -fruto de dos victorias y dos derrotas- escoltando a Aberastain, Concepción, UVT y Centro Valenciano entre doce equipos compitiendo.
El detalle estriba en que la portería gremial está custodiada por Emilia Bravo, quien despuntando a la adolescencia hace un par de años tomó la decisión, junto a su familia, de jugársela toda emigrando a la vecina provincia para apostar con la oportunidad que en ese momento le otorgó el club Bancaria. Eso implicó un cambio total, que incluyó nuevo colegio, nuevo barrio donde vivir y nuevas amistades. Todo para crecer deportivamente, contando con el apoyo importante de, por ejemplo, la mismísima Annabella Flores, la arquera campeona mundial que se transformó en su madrina hockística.
Tras esos primeros derroteros cuidando la cabaña del Caballito, este año Emilia Bravo dio un paso más al fichar en SEC. Nueva apuesta que va consolidando los objetivos trazados por la nóvel arquera chilena.

“Estos dos años acá en San Juan han sido una apuesta de todo o nada. Personalmente, considero que ha sido una total ganancia tanto en lo deportivo como en lo académico” comenta la Mili a Patines y Chuecas, en el inicio de un diálogo donde trasunta entusiasmo pero también madurez.
“En lo que es el ambiente deportivo si bien no fue difícil adaptarme a la exigencia tampoco fue fácil. El ritmo acá es muy diferente y siempre tiene ese gusto de querer llegar un poco más lejos con tu equipo. En cuanto a lo que es el cambio de país en lo que más se nota es en el ritmo que necesito llevar día a día para poder lograr los objetivos que me he propuesto” agrega.
-¿Qué te entusiasmó para fichar en SEC? Porque sabíamos que estabas en la mira de algunos de los “grandes” de San Juan como UVT y Concepción…
“Tú me preguntas por qué SEC y la respuesta es que desde lo netamente deportivo, a mi parecer, fue la mejor propuesta y con la que yo veía mayor crecimiento personal. Es verdad que otros equipos me hablaron y esto me hace sentir orgullosa de mí porque veo que la perseverancia, disciplina y pasión que he puesto en estos dos años, junto al apoyo que me han dado mi mamá y mi papá, han dado gratificantes resultados”.
Con esa seguridad que exhibe bajo los parantes también comparte sus objetivos personales los que, atención ahí, no implica apurar el proceso. Es una suerte de disfrutar el proceso, contemplar el entorno mientras se transita con total calma.
“Para mí es importante ir paso a paso, disfrutando cada momento. El mediano plazo para mí se ve representado en este año donde pondré lo mejor de mi persona para llegar lo más lejos posible con mi equipo. El siguiente eslabón aun no le he definido porque, a mi parecer, se tiene que dar con el tiempo y me gustaría que refleje todo por lo que he trabajado. Como todas quienes jugamos y dedicamos nuestra pasión a este deporte también me gustaría tener la oportunidad de representar a mi país y si se da poder jugar en el extranjero”. Mejor, imposible.
A nivel de grupo, por supuesto, también hay metas que Emilia Bravo tiene muy asimiladas. “En SEC el objetivo siempre es estar lo más alto posible. Es cierto que tenemos un equipo bastante joven, que está cambiando mucho la forma de jugar y es por eso que uno de los desafíos es adaptarnos a ese nuevo estilo que plantea nuestro técnico que es jugar más al estilo europeo. Después, paso a paso, es ir ganando todos los partidos que se puedan; obviamente, sabiendo nuestras capacidades y buscando estar lo más arriba posible. Si se puede estar entre los tres primeros, buenísimo. Y si no, siempre estar ahí peleando para llegar a los Argentinos y a la Liga Nacional, además buscar tener un juego limpio que nos dé los resultados esperados. También ser un equipo unido desde las más chiquititas hasta las más grandes. Creo que esto es lo que todas buscamos para salir adelante como equipo”.
Emilia Bravo hace dos años era una promesa. Hoy es una realidad.