Charla Sin Patines: José Luis Páez

El buen consejo, el abrazo pedagógico forman parte de los argumentos que el Negro Páez entrega a los niños. (Crédito foto: Sergio Contreras S.)
El buen consejo, el abrazo pedagógico forman parte de los argumentos que el Negro Páez entrega a los niños. (Crédito foto: Sergio Contreras S.)

Interesantes conceptos señaló el popular Negro Páez, quien avalado por su campaña que incluye 13 años jugando en el Barcelona estuvo de visita por Santiago, en este fin de semana, impartiendo clínicas deportivas para niños en las instalaciones del club Estudiantil San Miguel. Una charla interesante con el deportista argentino, en exclusiva para Patines y Chuecas, con quien es uno de los mejores hockistas de la historia.

-Conversando con Jorge Otiñano, nos comentó que usted es el máximo referente histórico del Concepción PC…

-(Sonríe) Como muchos líderes, todos tienen su época, su momento. Nací en Concepción y mi ídolo era Mario Agüero. Y antes de él estaba Carlos Coria. Después vinieron Carlos Moretta, Nelson Jaime, quien habla. Y luego, Eduardo Quiroga y mi hermano David. Soy uno de los, supuestamente, grandes que pasamos por Concepción.

-Pero no todos pueden contar que fueron dos veces campeón mundial, ganador de una medalla olímpica, multicampeón en España e Italia…

-No se trata de lo que uno gane. En la vida se trata de practicar un deporte, donde tendrás triunfos y decepciones también. Porque no todo es logro. El éxito no sólo viene por los triunfos sino también de las derrotas. Que haya ganado más o menos, eso es secundario. Lo que siempre he priorizado en mí es la persona y la personalidad con la que uno se va manejando en todos los años deportivos en activo que tenemos. Porque después, al estar inactivo nadie te conoce como persona sino que sólo como jugador.

-¿Cómo se lidia con el retiro después de todo lo que vivió en su carrera?

-No me he retirado, sigo ligado al hockey. Estoy enseñándolo, ¿verdad?

-Corrección entonces: ¿ha sido difícil el ya no ser un jugador activo?

-Es difícil. Pero es difícil cuando uno no tenía seguro qué tenía que dejar. Si uno no lo tiene seguro es lo peor que puede pasarle a cualquier deportista. Ahora, en mi caso cuando bajaba la mirada y quería atarme los patines y que me sienta cansado es por algo.

-Usted le dice a los niños que gracias al hockey es una persona culta. ¿Qué expresa con aquello?

-El ser una persona culta no es, para mi forma de ver, lo intelectual. Para mí el respeto al prójimo es prioridad, es una base sólida para vivir. Este deporte me enseñó tener ese respeto sobre el contrario, sobre el amigo, sobre el compañero por lo cual en toda de mi vida  -con 43 años sobre los patines y 26 en Europa- me enseñó una cultura muy diferente donde el hockey era mi trabajo y mi hobby. Paralelamente, el leer tanto y el estar visitando tantos países me hizo ser una persona muy culta.

En el Barcelona (1994-2007) Páez e adjudicó 11 Ok Liga, cinco Copa del Rey, dos Supercopa de España, tres Liga Catalana, ocho Copa de Europa, una Copa CERS, una Copa Intercontinental, cinco Supercopa de Europa, tres Copa Ibérica y una Copa de Naciones.
En el Barcelona (1994-2007) Páez e adjudicó 11 Ok Liga, cinco Copa del Rey, dos Supercopa de España, tres Liga Catalana, ocho Copa de Europa, una Copa CERS, una Copa Intercontinental, cinco Supercopa de Europa, tres Copa Ibérica y una Copa de Naciones.

-Desde 1985, cuando usted debutó en la Selección Argentina en el Sudamericano realizado aquí en Santiago, se ha enfrentado a varios jugadores chilenos. ¿Cuál de todos aquellos es el mejor?

-Para mí el mejor hockista que pude haber enfrentado es el (Osvaldo) Chico Rodríguez. Un jugador excelente, y como persona excelente también. Estuvo militando en Italia también, me confronté muchas veces cuando él estaba en el Novara. De otros también tengo imágenes, pero sinceramente él marca un antes y un después del hockey chileno.

-¿Un hockista nace o se hace?

-Más que hockista diría deportista. Muchos niños, muchas personas tenemos dones para practicar bien cualquier tipo de deporte. Una persona, un jugador o un deportista puede nacer para el deporte; y otras, se pueden hacer para el deporte. Una cosa es entrenar, posiblemente, el doble de lo que entrena una persona que ha nacido para el deporte. Es lo que se llama mecanización, por la cual se puede hacer un buen deportista. Tengo muchos compañeros que no nacieron como deportistas pero que sí se hicieron como tales.

-¿Y usted nació como deportista o se hizo deportista?

-Y yo vivía dentro de una cancha de hockey. Mi historia en este deporte nace con mis padres que llegaron desde el campo, a través del presidente de Concepción que se había quedado sin canchero. Mi abuelo trabajaba ahí y se trajo a mi abuela con mis padres. Y nos tuvieron a todos dentro del club, vivíamos en una habitación de 8 por 4 metros, éramos ocho personas, Ahí teníamos todo, las camas, la cocina, todo. Y la cancha estaba a 5 metros. Sabemos lo que es ser pobre, lo que es pasar hambre. Pero también tuvimos ese don gracias a mi padre, porque se definía muy bien en todos los deportes. Y todos los hermanos hemos salido hockistas. Esa es la historia mía, sencilla, humilde, la de cualquier chico humilde de la calle que practica un deporte.

-Con todo ese bagaje deportivo, ¿cuál es su diagnóstico del hockey sudamericano, donde Argentina está sobre el resto?

-La tradición es tradición, y la antigüedad es mucha. No sé bien si Argentina comenzó antes o después que Chile o Brasil. El hecho es que, posiblemente, fueron campeones mundiales antes que los demás. Y bueno, surgió una ciudad que se llama San Juan, al interior de Argentina, donde se juega hockey, es prioridad. Y se nace con eso. Hay algo en el aire, un virus donde todo el mundo juega hockey. Que actualmente Argentina esté arriba es debido, creo, a los títulos que hemos obtenido y de grandes jugadores que han salido. Y también, la esencia del hockista argentino es diferente, creo, que la de cualquier otro. Esto es sin desmerecer lo que es Chile, que está trabajando muy bien  a nivel hockístico. Estuve viendo unos torneos en San Juan con los niños y creo que están a la altura y algo más de lo que es San Juan. Porque en San Juan está decayendo bastante el hockey.

Hasta el mínimo detalle entrega Páez en sus enseñanzas. (Crédito foto: Sergio Contreras S.)
Hasta el mínimo detalle entrega Páez en sus enseñanzas. (Crédito foto: Sergio Contreras S.)

-¿Pero cómo es eso? Recuerde que en el último Sudamericano de Clubes los equipos chilenos apenas superaron a los uruguayos…

-Estamos hablando de las inferiores, de la base. En la serie mayor lo que se ha construido mal, tanto en Argentina como en el resto de Sudamérica, son los conceptos básicos. Están faltos de conceptos, nadie les enseña cómo y de qué forma se posiciona un jugador de hockey, cómo y de qué forma se da y se recibe un pase, cómo y de qué forma se golpea una pelota. Esos para mí son los conceptos básicos, agregando lo que es el dominio del patín y la tecnificación que es importante porque la esencia de todo eso se está perdiendo. Y al menos en San Juan se ha perdido mucho. Y he visto que en Chile se ha recuperado mucho. Como hockista y amante de este deporte me alegro mucho porque creo que aquí están trabajando muy bien a nivel básico.

-¿Cuál sería la receta, entonces: priorizar la enseñanza del patinaje, en primer lugar, o iniciar de inmediato con el dominio de la chueca con pelota?

-Todo es bueno, no hay un antes o un después. Uno puede manejar la chueca con la bocha, sin el patín, perfectamente; y lo ponen en el patín y es ´normalito´ por lo cual ahí hay algo que está fallando. Por eso hay que coordinar todo, no dejemos de lado que éste es un deporte sumamente completo porque se trabaja con la totalidad de todo el cuerpo.

-¿Hasta cuándo se queda en Chile?

-Hasta el torneo de Viña. Me invitaron a jugar pero tengo un problema en la rodilla. También, he dejado hace mucho de jugar por lo cual creo que me pondría un rato los patines para hacer presencia y ya está. De ahí retorno a Argentina para seguir en mi cargo de técnico en el Unión Vecinal Trinidad, en el primer equipo y en las inferiores. Seguiré enseñando en lo que me gusta, que es esto.

-Entonces, si va a Viña es posible que pase a Reñaca…

-Ya estuve en Reñaca (sonríe)

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