WRG: Las Marcianitas Terminaron En El Cuarto Puesto

Insistiremos en el concepto: no se trata de comenzar a celebrar victorias morales, pero esta derrota ante Alemania por 3-0, en la definición por el tercer puesto de los World Roller Games, no perjudica la gran campaña que la Selección Femenina protagonizó en Nanjing.

Porque más allá de las anotaciones de Katharina Neubert (2) y Franziska Neubert, y de que vendrán los análisis específicos, lo hecho por Las Marcianitas, otra vez, es digno de una ovación. El esfuerzo que ellas desplegaron lo merece.

Sólo queda agradecer a estas chicas que con su irreverencia en la cancha han transformado a Chile en potencial mundial en su categoría. Es la coronación de un legado que comenzó en 1942, cuando representantes de Santiago y Valparaíso se enfrentaron frente al Palacio de La Moneda.

Entre esas Marcianitas Ancestrales se contó a Lucía Sepúlveda, Olga Sánchez, Eliana Mendoza, Alicia Herrera, Julia Salvo, Orfelina Monsalve, Hilda Mayer, Eliana Gutiérrez, Nélida Videla y Gaby Meneses.

Tras la pausa de cinco décadas, quizás por el machismo reinante de no aprobar a damas jugado un deporte un tanto recio, todo renació a partir de 1995 con los tibios intentos de los clubes Universidad Católica y Universidad de Chile para darle vuelo a la actividad.

De ahí, la historia es conocida. Un título mundial, una Copa América, una Golden Cup de Blanes, un oro Panamericano, dos Copas de Naciones y un tercer puesto en los Mundiales lucen en el palmarés de Las Marcianitas.

Pero aparte, han superado los ridículos constructos sociales de macho alfa que no se convencían que las mujeres pudieran lograr todo estos triunfos. No en vano, las niñas y niños que comienzan en este deporte las ven a ellas como sus referentes, sus modelos a imitar.

Y esos deseos de igualarlas se deben haber acrecentado tras el derrotero de sus ídolas en Nanjing. Poner en jaque a las potencias consuetudinarias como Portugal y España, tener en jaque a Argentina y tomar desquite de Francia acrecentaron su relato épico. Porque hay que decirlo: estas muchachas ya son leyenda… una leyenda que las transformó en orgullo nacional, patrimonio de todo el país.

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