René Muñoz y Osvaldo Rodríguez integraron una de las mejores duplas ofensivas que ha tenido el hockey chileno en su historia. Recordados por ser los titulares en la Selección Nacional para el cuarto lugar en el Mundial de Talcahuano 1980, también fueron dúo de atacantes en León Prado 1979 y Pepsi-Ciclón, al año siguiente.
Durante su estancia en el club sanmiguelino, ambos compartían un rito que cumplían sagradamente el primer miércoles de cada mes, aprovechando que a mitad de semana no tenían entrenamientos. Se juntaban en la tarde en la estación de Metro Universidad de Chile: Osvaldo venía desde la estación Salvador, ya que alojaba en la Residencia Deportiva ubicada en la calle del mismo nombre; y René desde la estación San Miguel, ya que vivía en el sector de Las Industrias.
Los entonces lolos enfilaban por el Paseo Ahumada derechito al Burguer Inn, el primer local de comida rápida que había en el centro capitalino que estaba ubicado entre Huérfanos y Compañía, hacia la cordillera. Ahí el parcito pedía diez paquetes de papas fritas… ¡¡cada uno!! más la gaseosa respectiva. Cada uno con su bandeja repleta de frituras más el vaso plástico lleno de bebida, disfrutaban de ese verdadero banquete con el adorno de la amena charla sobre las mesas de color anaranjado que lucían en el mencionado local.
Eso era sólo la primera parte, porque tras disfrutar de esas delicias la dupla sólo caminaba algunos metros hacia la Alameda para jugar algunas fichas en los flippers en los Juegos Diana, también ubicados en el sector.
Así se iba la tarde hasta las 9 de la noche, aproximadamente, momento en que se iniciaba la retirada para que cada uno pudiera alcanzar el Metro de vuelta a sus respectivas residencias. No se sabe, eso sí, si disfrutando aun el sabor de las papas fritas o sacando cuentas de los resultados obtenidos en las máquinas de los Diana.
Qué duda cabe: René y Osvaldo figuras en la cancha, ídolos fuera de ella… hasta hoy.
