El representativo de los Rojinegros del Ñuble no ha parado, a pesar de la pandemia. De hecho, durante el período de cuarentena sus dirigentes y cuerpo técnico mantuvieron la cohesión del grupo a través de las plataformas digitales. Y apenas la capital ñublesina avanzó en el Plan Paso a Paso se retornó a las prácticas presenciales, fundamentalmente en su reducto base en la cancha del Polideportivo Quilamapu.
Ese accionar, que también se ha fortalecido con la llegada de nuevos alumnos a su Escuela de Hockey, se empoderó el reciente fin de semana con la visita de la madrina del club chillanejo, la tetramundialista Catalina Flores.
La Marcianita, cumpliendo con todos los protocolos sanitarios, encabezó una tecnificación de los deportistas locales. “Hace mucho tiempo que estamos en deuda con la gente de Chillán. Después del Campus que hicimos hace dos años, quedaron motivados los chicos de Tornado. Hace tiempo que queríamos ir; y ahora que las cosas están mejor, se pudo”, había declarado la seleccionada nacional en la previa de su reencuentro con los hockistas chillanejos.
Esta actividad forma parte de la planificación en la que el club Tornado, a través de su directorio encabezado por Claudia Yáñez, apunta a contar en el mediano plazo con su propia cancha.
Para ello, ya sostuvieron una primera reunión con el recién asumido alcalde de Chillán, Camilo Benavente, donde el objetivo es la consecución de un comodato para que, a través de postulaciones a diversos fondos, comenzar a concretar la mencionada aspiración.