Fue el “tapado” del equipo de La Cisterna en la Copa Oscar Videla, organizada por el club Camuvi. Porque Rodrigo Vera, reconocido periodista de Deportes en Canal 13, hacía tres lustros que no se calzaba los patines. Pero bueh, esa pasión que demostró desde que era alumno del Instituto Miguel León Prado y formaba en el León Prado Blanco se reactivó. Tanto, que confesó a Patines y Chuecas sus objetivos en este regreso.
-Rodrigo, ¿qué gatilló tu retorno al hockey?
-Volví porque, justamente, sentí la necesidad de volver. Tenía ganas de jugar. Lo que me gatilló fue la nota que le hice al (José Luis) Negro Páez para el noticiero, antes del viaje a los World Roller Games. Ahí me puse patines, jugueteamos un rato con el Negro, movimos la pelota, nos dimos unos pases e hicimos unos mano a mano. Ese pequeño ejercicio me hizo ver que el hockey es el deporte de mi vida, que era absurdo estar tan desligado.
-O sea la culpa de todo esto la tiene tu editor.
-(Risas) Exactamente, la culpa es de él.
-La ventaja para ti es que muchos del grupo en La Cisterna fueron compañeros tuyos en el colegio…
-Somos todos de la misma generación en el Instituto Miguel León Prado. Fui compañero del Pitín (Rómulo Vargas), del Gato (Cristián Martínez), del Chino (Alejandro) Sanhueza desde Primero Básico. También fui contemporáneo con Claudio Hidalgo, jugamos juntos mucho. También con el Papio (Juan Marticorena) estuvimos en una Selección Juvenil donde nos dirigieron Alfonso Finalteri y Rubén Leni. Con Chalo (Gonzalo) Campos era un poco mayor que yo, y alguna vez cuando éramos más niños con el Pitín ‘parchamos’ la serie de Chalo en León Prado Blanco.
-De ahí pasaste a Universidad de Chile…
-Sí, pero alcancé primero a jugar por el equipo adulto de León Prado cuando se formó en 1994. Ese equipo se constituyó a raíz de que en la generación nuestra cumplió los 17 años de edad y la propuesta era seguir jugando por el colegio. Ahí estaba Mauro (Mauricio) Schmidt, el Pitín, el Gato, el Chino y nos reforzamos con el Payo (Juan Pablo Vargas), el Negro (Rodrigo) Quintanilla y el Lalo (Eduardo) Flores, que ofició de técnico-jugador. De hecho, peleamos el título hasta el último partido cuando perdimos 5-4 con la U. Tras eso, me fui a Universidad de Chile donde estuve con el Pelao (Eduardo) Cleveland, Miguel Lorca, Rodrigo Quintanilla y Ricardo Schmidt. Después se unió el Yuso (Álvaro Carbonell), Benito Díaz, el Guatón (Raúl) Candia y Osvaldo Vigorena.
-Y hoy, ¿vas a como refuerzo de La Cisterna en el Latinoamericano Senior de noviembre?
-Mira, mi idea más que jugar el Latinoamericano es integrarme a la Liga Senior, a partir del 2018. No es un objetivo puntual de jugar un campeonato determinado, sino que volver a competir en un torneo del que me han contado que está muy bien organizado.
-O sea, ¿se hizo realidad el dicho aquel que mencionaron en el noticiero, al comentar “más feliz que Verita con patines”?
-(Risas) Claro, tal cual. Bien dicho. Así ando… de hecho ya compré chueca, me estoy armando de a poco, pretendo comenzar luego a entrenar. Pero insisto, no tengo certeza de que jugaré en el Latinoamericano pero sí la certeza de que ya volví.