En un partido de alto nivel, digno de una final, el cuadro catalán venció al Porto por 5-4 y se llevó el trofeo en el Aldo Cantoni de San Juan.
Ida y vuelta desde el inicio, con Sergi Pamadero con marca personal específica sobre Helder Nunes cada vez que Porto tenía la bocha en su poder. Además, el Ballet Braugrana muy pronto se puso en ventaja gracias al penal convertido, justamente, por Panadero.
Ese aval, qué duda cabe, facilitó el desplegué catalán comenzando sus avances por las puntas –la piedra base de su edificada propuesta táctica- para buscar la habilitación al centro o la internada en diagonal.
Los lusitanos ofrecieron también lo suyo, sobre la base de velocidad en patinaje para llegar al área rival, ya fuera con un remate o una entrada, también, en diagonal. Fue gracias a esto último que se posibilitó el empate. También, otro de sus argumentos portuenses fue la creación de espacios para el remate de distancia.
Conforme transcurrían los minutos, los catalanes fueron apostando a entregar la posesión de la pelota para la salida bucsnaod bloqueos y pantallas para la entrada interna, mientras que los Dragones Azules se la jugaron por propiciar el error del rival y aprovecharlo.
Con el 2-1 parcial a favor de los portugueses, Barcelona retomó su vértigo inicial –no le quedaba de otra- para impedir que su rival siguiera creciendo en confianza. Pero toda táctica tiene también su inspiración personal, como la que coloca Pablo Álvarez para obtener el empate –diagonal hacia afuera, remate cruzado- con que finalizó el primer tiempo.
Los primeros tramos del complemento mostró, nuevamente, un despliegue de ambos cuadros… con marca personal ahora de Helder Nunes sobre Pablo Álvarez cuando Barcelona tenía la pelota.
Las marcas se apretaron, las fricciones también. Traslado rápido de la pelota, buscando coberturas en ambos cuadros para desequilibrar el trámite. Agréguelo a eso tensión ambiente por la incertidumbre del resultado final. Fue en ese escenario donde la defensa portuense se empoderó ante las alternativas de ataque a las que apeló Barcelona, comenzando por su arquero Carles Grau. Al otro lado, Aitor Egurrola –quien ingresó a los 5’ del segundo- también mostró lo suyo. Asomo de partido de arqueros, como se le da en decir.
Pero a grandes rasgos, la exhibición de gran hockey que ambos elencos ofrecieron llevaba al espectador, al testigo directo en el Cantoni, a desear que no se acabara ese choque. Y en parte esos deseos se cumplieron al apelarse al tiempo extra para dirimir al ganador. Minutos adicionales donde los españoles continuaron apretandi la salida rival, mientras que los portugueses salían en velocidad liderados por Gonzalo Alves. Y los últimos instantes fueron la coronación de un gran partido, con Porto con cinco jugadores de campo y Aitor Egurrola conjurando todos esos intentos postreros de los portugueses. Barcelona, campeón de la Copa Intercontinental.
BARCELONA 5-4 PORTO
BARCELONA: Sergi Fernández; Sergi Panadero, Marc Gual; Pau Bargalló y Pablo Álvarez –cinco inicial- Matías Pascual, Ignacio Alabart, Joao Rodrígues, Nil Roca y Aitor Egurrola (AS). DT: Edu Castro
PORTO: Carlos Grau; José Costa, Gonzalo Alves; Helder Nunes y Reinaldo García –cinco inicial- Telmo Pinto, Daniel Oliveira, Giulio Cocco, Hugo Santos y Nelson Filipe (AS). DT: Guillem Cabestany
Goles: primer tiempo: 1-0, 2’33” Sergi Panadero (Bar), de penal; 1-1, 7’12” Reinaldo García (Por); 1-2, 15’15” Gonzalo Alves (Por); 2-2, 18’46” Pablo Álvarez (Bar). Segundo tiempo: 2-3, 2’03” Gonzalo Alves (Por); 3-3, 3’06” Pablo Álvarez (Bar); 3-4, 8’00” Gonzalo Alves (Por); 4-4, 13’30” Joao Rodrígues (Bar). Segundo tiempo extra: 5-4, 3’29” Pablo Álvarez (Bar)
Árbitros: Sergio Insúa (Argentina) y Roberto Montiveros (Argentina)
Tarjeta azul: segundo tiempo: 1’52” Nil Roca (Bar); 6’47” Telmo Pinto (Por); 17’23” Gonzalo Alves (Por)