En Duelo de Guapos, Chile Venció a Brasil

Había pimienta en la previa de este cotejo, el segundo para ambos equipos en el octogonal final del XXIV Mundial que se estaba disputando en el parqué del Gimnasio la Tortuga de Talcahuano.

El año anterior, en agosto, en San Juan de Puerto Rico, el Scratch le había arrebatado a la Roja la medalla de plata por los Juegos Panamericanos, con un pragmático 2-0. Cuatro meses después, en Santos, el disputado empate 3-3 ante una muy expresiva torcida local, Chile comenzaba a construir su cuarto título sudamericano.

Para agregar más condimentos, apenas cuatro días antes del choque en Talcahuano, en el Parque O’ Higgins los brasileños se habían impuesto por 3-2 cuando ambos ya estaban clasificados a la siguiente etapa mundialista.

Al momento del stickazo inicial en la Octava Región, Chile venía de igualar 1-1 con Argentina en el debut en el mencionado octogonal, mientras que Brasil había caído 2-1 con España. Por eso, era imperativo para ambos adjudicarse el triunfo.

Figura en el elenco amazónico fue su arquero Luis Alberto Pereira, quien evitó que los atacantes chilenos pudieran poner la firma a sus múltiples cargas. Sólo pudo ser vencido por el tiro penal de Osvaldo Rodríguez y el disparo de Eduardo Tapia que no vio venir porque René Muñoz le dificultó la visual.

Al otro lado, Arturo Salvatierra se encargó de eclipsar al atacante Moacyr Junior, el goleador de los atlánticos; y también tuvo su duelo particular con Mauricio Barbosa, quien apeló a lo lícito y de lo otro para intentar sentar supremacía sobre los chilenos.

Y cuando llegaron a última línea, los brasileños se toparon con un Jaime Cabello que se abstrajo de los severos dolores que tenía en el dedo anular de su mano izquierda para cerrar su cabaña, de manera impecable.

Un partido con historia, digno de recordar.