1998: La Revancha Fue Al Otro Lado del Planeta

 

Los campeones al otro lado del mundo. Arriba, de izq a der: Gonzalo Campos, Julio Inostroza, Giulio Magnolfi, Claudio Hidalgo, Daniel Díaz y Alvaro Aravena. Abajo: Mauricio Schmidit, Julio Hernández, Rodrigo Quintanilla y Rómulo Vargas.
Los campeones al otro lado del mundo. Arriba, de izq a der: Gonzalo Campos, Julio Inostroza, Giulio Magnolfi, Claudio Hidalgo, Daniel Díaz y Alvaro Aravena. Abajo: Mauricio Schmidit, Julio Hernández, Rodrigo Quintanilla y Rómulo Vargas.

Respaldado en su proceso, Osvaldo Rodríguez continuó al mando del seleccionado para conseguir el objetivo del retorno a la Serie A. En la edición del Mundial B programada para septiembre en Macao no había doble lectura: era o era, sin bemoles.

Manteniendo la base que laboraba con él desde los últimos dos años, el estratego dijo, muy seguro, que “a nadie le temo” agradeciendo de paso el apoyo que le entregó Digeder a través de su director, Julio Riutort.

De Macao poco o nada se sabía. Su quinteto se había apersonado en la pista El Llano, cuatro años antes, enfrentando a la Roja en primera fase. Ex colonia portuguesa, tenía una clara influencia lusitana en su patinaje alimentada por algunos residentes llegados desde la península ibérica.

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“Lo sucedido en México no es un fantasma, sino que una revancha” decía el portero Rodrigo Quintanilla antes de iniciar la travesía de 36 horas, escalas incluidas, para llegar al pequeño mencionado enclave de apenas 21 kilómetros de superficie con vista al Mar de China.

La adaptación, de paso, a los 30 grados ambiente y 80 por ciento de humedad fue rápida lo que permitió no ser afectado el juego de los chilenos.

Tras una primera ronda donde arrasó con todos sus rivales en el Don Bosco Pavillion, en Cuartos de Final –en el Forum Pavillion- el antagonista fue Japón. Si alguien pensó en un deja vú de lo sucedido dos años antes en México, no alcanzó a tomar fuelle ya que el 9-1 a favor de los nacionales enterró todo ese temor.

Se llegó al crucial pleito ante Mozambique, en Semifinales. El cuadro africano era uno de los cuadros fuertes en el certamen, por lo cual los chilenos debieron apelar a todo su oficio. Porque no sólo superaron al rival sino que también a sus constantes agresiones y al arbitraje de un portugués y un macaense que no disimularon en su parcialidad hacia los mozambiqueños.

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El trámite cerrado se tradujo en un 3-3 que se rompió con la anotación de Gonzalo Campos que abrochó el triunfo y el retorno a la Serie A.

Los nacionales querían el premio doble y utilizaron a su reserva de fuerzas para imponerse en la final a los Estados Unidos. Mejor aún, además del título Rómulo Vargas fuer elegido el mejor hockista del certamen. Mejor no podía ser el regreso a las Ligas mayores.

Al retornar al país, el técnico anunció que de cara a la preparación para el Mundial A del año siguiente “necesitamos el doble de los recursos y la preparación. Duplicar los entrenamientos. La meta es quedar dentro de los seis primeros. Y si seguimos trabajando igual los siguientes dos años, podríamos estar cómodamente dentro de los cuatro mejores”. Optimismo había de sobra.

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