Han sido demasiado aciagas las últimas semanas para todo el orbe, responsabilidad de la pandemia del Coivid-19. Esto ha perjudicado el normal desarrollo de las actividades cotidianas. Y, por ende, no hay circulante para pagar esas actividades.
Todos los ámbitos han sufrido con la escasez de presupuesto. Y nuestro hockey-patín, demasiado. Por decirlo de un modo metafórico, la actividad está en la UCI debido a los problemas de sobrevivencia de los clubes. Por ello, paralelo a buscar las soluciones para salvar el momento la presente situación debe ser la bisagra para sacar conclusiones para mediano y largo plazo. Tener una real visión de futuro, porque después de que pase esto del Coronavirus no la vamos a contar dos veces.
Diagnóstico. La situación actual del hockey chileno es muy preocupante, casi dramática. Todos los clubes están apenas manteniéndose ya que al depender, de forma mayoritaria, de los pagos de las cuotas sociales al haber hoy prioridades más importantes en cada hogar, el ítem hockey pasa a tercer o cuarto plano.
Trascendidos confirmaron este jueves a Patines y Chuecas que la Comisión Reguladora está iniciando la conformación de un protocolo sanitario para aplicar cuando se retome la actividad –lo que, optimistamente hablando, se produciría en octubre-. Protocolo basado en lo que realizará el fútbol profesional, y que se adaptará –con asesoría de dos médicos y una prevencionista de riesgos- para buscar la aprobación del Comité Olímpico.
Ésa es la meta, pero… ¿qué sucederá en el camino? Porque, como están las cosas hoy, es complicado que los 15 clubes que iniciaron la competencia el pasado 14 de marzo vuelvan a la cancha en el reinicio. La falta de solvencia obligará a algunos a declararse en receso, hasta sanear sus arcas.
Lo anterior derivará en una restructuración de categorías y en el diseño de un Torneo de Transición para registrar actividad competitiva.
Ejemplos de afuera. Lamentablemente, y es una verdad absoluta, no se puede obligar a los apoderados a seguir pagando mensualidades porque, como ya se expuso, hoy las prioridades son otras. Sobre todo, por el tema que muchas empresas se están acogiendo a la normativa de cesar a sus trabajadores para poder vivir con el Seguro de Cesantía.
Aquí, en este duro trance que están viviendo los clubes, la Comisión Reguladora –y a través de ella, la Federación- debió haber subvencionado con algún porcentaje a sus asociados, o sea, los clubes. Pero no hay fondos. El atenuante para la dirigencia radica en que los presupuestos estatales destinados al deporte ya habían sido reducidos el año pasado y hoy, como la prioridad es el aspecto médico, se sabe que habrá un nuevo recorte –le bajaron el presupuesto a los bomberos y no lo iban a hacer con el deporte…-.
Pero si se toma, nuevamente, el ejemplo del balompié, hace un par de días se informó que la Confederación Sudamericana entregará dineros para ser distribuidos entre los equipos de Primera, Primera B y Segunda División. O sea, el ente mayor reaccionó a la coyuntura. Mas, en el caso del hockey eso no se producirá porque nadie previó lo que iba a acarrear el Coronavirus, eso es un dato irrefutable. Por ello, no hubo previsión tampoco de considerar un Fondo de Reserva.
Aquí es donde vale la pena comenzar a evaluar cómo lo hacen más allá de nuestras fronteras. Se sabe que en Europa prácticamente todos los clubes –sobre todo, en las Ligas más importantes como la española, portuguesa e italiana- cuentan con un importante auspiciador, que ha tomado en su momento las providencias del caso para no verse afectado por los efectos colaterales de la pandemia. Con esa garantía, dichos clubes ya están tirando líneas para lo que será la temporada 2020/2021.
Más cerca, al otro lado de la cordillera, en Mendoza los municipios tienen incluido el ítem deporte en su presupuesto anual, por lo que asignan a cada club una suma. Y de ahí, cada club lo redistribuye entre sus ramas, incluido el hockey por supuesto. Eso supone un colchón para cada institución, lo que unido a lo que se obtiene por recaudación en cada jornada como local y el aporte de auspicios van conformando el presupuesto para continuar con el desarrollo de la actividad.
En San Juan sucede algo similar. Con el agregado de que la Gobernación Provincial, en estos días de pandemia, incluyó a los clubes –de hockey y de otros deportes- en la entrega de canastas familiares y kit de limpieza para hacer llegar a sus deportistas y asociados más complicados. O sea, hay una política estatal de real preocupación hacia las instituciones deportivas.
Propuestas. En consecuencia, primero que todo este momento debe permitir sacar lecciones para evitar, incluso, llegar a la tendencia del sálvese quien pueda. Ante eso, se proponen cuatro postulados que debieran ser la base para el desarrollo de los clubes de hockey, en particular, y de toda la actividad, en general.
1. Por de pronto, la Comisión Reguladora, en su labor de ser el puente entre los clubes de hockey y la Federación, debiera postular, a través de la Personalidad Jurídica de la Federación Chilena de Hockey y Patinaje o de la Liga Nacional de Hockey -que aún está vigente- a fondos reservados por el IND. Logrando ese aporte, se financia el campeonato y, de paso, le aliviaría a los clubes pagar una alta cuota de inscripción. Además, la entrega de balance cada fin de temporada fortalecería la transparencia en los procedimientos.
2. Por el lado de los clubes, al contar con ese respaldo de financiamiento, considerar de forma imperativa el tener un Fondo de Reserva –a través de las cuotas a sus asociados- para utilizar en situaciones como la que se vive hoy. Y, a la vez, un porcentaje de lo que se cobre por inscripción en los campeonatos la Comisión Reguladora lo destina también para contar con un Fondo de Reserva.
3. Además, los clubes, partiendo de la base que todos están con su Personalidad Jurídica al día, también debieran postular a los fondos IND. Y no sólo eso, porque además hay fondos municipales a los cuales se podría echar mano, también realizando las debidas postulaciones. De esta manera, contarían con un presupuesto para invertir, por ejemplo, un porcentaje en los gastos del cuerpo técnico y en las vituallas para su casino. Y, de paso, también le aligerarían los gastos a sus socios.
4. Por último, formalizar en todas las instituciones mediante contrato la relación club-cuerpo técnico. Para que entrenadores y preparadores físicos, en caso de vivir nuevamente una coyuntura como la de hoy, acogerse al Seguro de Cesantía y no quedarse con los brazos cruzados.
Esto conllevaría un círculo virtuoso, que sería potenciado con el aporte obtenido por las cuotas sociales, la recaudación en cada jornada como local, la cuota de los mecenas que siempre quieren colaborar y la llegada de auspicios. De esta manera, se fortalecería una base para que la actividad se viera sobre seguro.